Tegucigalpa, Honduras.- El desbordamiento de ríos y las intensas lluvias de los últimos días han teñido de luto y preocupación a decenas de comunidades en Honduras.
Lo que para muchos era un cruce rutinario en un río o una tarde de tormenta terminó en tragedia: dos personas perdieron la vida, mientras miles de familias enfrentan daños en sus viviendas, caminos destruidos y comunidades aisladas.
Las intensas lluvias provocadas por una vaguada han dejado, hasta este lunes, dos personas muertas, 7,485 afectadas y 40 comunidades incomunicadas, según el último informe de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco) correspondiente al período del 17 al 22 de septiembre.
El reporte detalla que 2,239 familias han resultado afectadas en diferentes departamentos del país, de las cuales 177 están damnificadas y 7 tuvieron que ser evacuadas. En el caso de personas, 622 fueron damnificadas y 45 evacuadas.
Hasta ahora se contabilizan 130 viviendas dañadas y nueve destruidas. Además, seis personas fueron rescatadas en distintos puntos.
Las víctimas mortales reflejan la vulnerabilidad de las comunidades ribereñas ante las crecidas repentinas de los ríos. Autoridades del Cuerpo de Bomberos de Santa Bárbara confirmaron que uno de los decesos se registró en el sector del río Cuyamel.
“Este joven fue arrastrado por la corriente cuando intentaba cruzar. El río estaba crecido y lo llevó hasta la desembocadura con el río Chiquito. Fue encontrado por los pobladores y trasladado a la comunidad”, explicaron los bomberos, quienes participaron junto a la Policía Nacional y autoridades locales en el proceso de recuperación del cuerpo.
La víctima fue identificada como Wilson Alberto Trigueros Méndez, de 19 años de edad, originario de la aldea Paso Viejo, en Quimistán.
Se explicó que en la zona es común que agricultores y ganaderos crucen los ríos como parte de su actividad diaria, pero se hizo un llamado urgente a la población para evitar conductas de riesgo en momentos de crecidas.
“No es la primera víctima que hemos perdido, por eso pedimos precaución a los pobladores cuando el río Cuyamel alcanza picos de crecimiento por fenómenos naturales”, agregaron.
El primer fallecido corresponde a un hombre que había sido reportado como desaparecido en Copán Ruinas días atrás. Su cuerpo fue localizado en territorio guatemalteco, en la aldea Caparja, arrastrado por la corriente.
Menos lluvias
A pesar de la tragedia, las autoridades del Centro de Estudios Atmosféricos, Oceanográficos y Sísmicos (Cenaos) señalan que las lluvias tenderán a disminuir en comparación con la semana anterior, aunque el riesgo aún es alto por la saturación de los suelos.
Luis Fonseca, pronosticador de Cenaos, explicó que las precipitaciones seguirán presentes, pero de manera débil a moderada, especialmente en el occidente del país.
“Para esta semana se espera una disminución en las precipitaciones, diferente a la semana pasada, donde sí hubo lluvias fuertes. Sin embargo, persiste el riesgo hidrológico en la zona norte, particularmente entre Yoro, Atlántida y Cortés, por eso se mantienen las alertas vigentes”, indicó Fonseca.
El funcionario recordó que los ríos de gran caudal, como el Ulúa, representan un peligro latente debido al desbordamiento y las inundaciones que ya han afectado a varias comunidades.
En ese sentido, Copeco decidió extender la Alerta Amarilla en ocho departamentos: Santa Bárbara, Ocotepeque, Copán, Lempira, Cortés, Intibucá, Valle y Choluteca, además de los municipios aledaños al río Ulúa, que abarcan sectores de Yoro y Atlántida.
Asimismo, se declaró Alerta Verde en los departamentos de La Paz, Comayagua y Francisco Morazán, por un período de 24 horas a partir de las 6:00 a.m. de este lunes 22 de septiembre.
El pronóstico prevé lluvias y chubascos con actividad eléctrica en la mayor parte del territorio nacional, con los mayores acumulados en el centro, sur y occidente.
Las autoridades insisten en que la población evite cruzar ríos, quebradas o vados mientras persistan las lluvias.
Actualmente ya se han desplazado equipos de Copeco a las diferentes zonas afectadas para llevar ayuda humanitaria a las familias y, en conjunto con autoridades centrales y locales, trabajan para habilitar el paso hacia las comunidades incomunicadas.