Tegucigalpa, Honduras.- Un mes después del voraz incendio que consumió por completo ocho negocios en la avenida Cervantes de Tegucigalpa, dos de sus locales más emblemáticos volvieron a abrir sus puertas: Chinda Díaz y El Buen Gusto.
A pesar de las pérdidas devastadoras, los emprendedores decidieron levantarse y recuperar la confianza de sus clientes de siempre. El primero en reabrir fue Chinda Díaz, que inauguró su nuevo local hace tres días.
Este martes le tocó el turno a El Buen Gusto. Desde las 7:00 a.m., sus propietarios y empleados comenzaron a servir los platillos tradicionales de la casa y celebraron con entusiasmo la reapertura, acompañados de clientes que esperaban con ansias su regreso.
“Estamos muy agradecidos con Dios porque nos permitió volver a levantarnos, a todos nuestros amigos, clientes, familiares y a todas las personas que nos han apoyado para que este sueño siga adelante”, expresó con ilusión y alegría, Samuel Turcios, uno de los dueños del merendero.
Tanto Chinda Díaz como El Buen Gusto, están ubicados en el edificio Midence Soto, a inmediciones de la iglesia iglesia Catedral San Miguel Arcángel. Este merendero, en específico, se puede encontrar en el tercer nivel, en el área de comidas.
Turcios relató a EL HERALDO que, aunque el camino no fue fácil, sintieron la ayuda de Dios en todo el proceso. “Realmente fue Dios, el día del incendio un tío se puso a buscar locales y nos dijo que teníamos que pensar en salir de esto”.
Posterior a eso, “buscamos la forma de hallar un lugar, aquí en el Midence nos dieron la oportunidad y una puerta fue abriendo la otra, poco a poco, Dios nos fue dando el apoyo para salir”, aseguró.
El primer El Buen Gusto comenzó a escribir su historia hace más de 40 años, el tiempo y la buena respuesta de la población les permitió expandirse a un segundo local. Todo funcionó bien, hasta hace un mes, cuando un incendio dejó en cenizas todo su esfuerzo.
El incidente los obligó a comenzar desde cero y aunque la pérdida fue dolorosa, el acompañamiento de los clientes, familia y amigos ha sido parte esencial para su resurgimiento.
“Nos asustamos porque muchos clientes se hicieron presentes con transferencias, donaciones, otra gente donó cosas materiales, la gente del Midence Soto nos ayudó con el local y poco a poco, familiares y préstamos para poder abrir”, aseguró Turcios.
EL HERALDO visitó el local y corroboró que la respuesta de la población fue inmediata, personas entraban, comían y salían constantemente del nuevo local.
Doña Zobeyda Turcios, otra de las propietarias, se movía con agilidad en la cocina sacando platos de sopa y platos de comida casera que le solicitaban sus clientes.
“Estamos contentos porque la gente desde muy temprano nos visitó, los pedidos no paran de llegar y estamos tratando de cubrir todo, porque como estamos en un nuevo lugar, tenemos que acoplarnos”, explicó la propietaria.
La alegría del joven emprendedora destellaba en sus ojos y aseguró que “esperan satisfacer las necesidades de sus clientes y poderles cumplir a todos. Hay Buen Gusto para rato, para que todos nuestros clientes nos vengan a visitar”, concluyó.