Tegucigalpa, Honduras.- El humo era enceguecedor, pero no lo suficiente como para ocultar las lágrimas y la tristeza de los emprendedores que observaban impotentes, cómo decenas de bomberos terminaban de apagar el incendio que consumió sin piedad sus negocios, sueños e ilusiones.
Uno de ellos es Denis Nájera, propietario del emblemático negocio Chinda Díaz. De pie, con los brazos cruzados y los ojos al borde de las lágrimas, observaba la maquinaria que removía los escombros de lo que, hasta el día anterior, había sido el hogar de sus emprendimientos.
“Duele, duele. Hoy en la mañana me arrodillaba para pedirle a Dios que no pasara nuevamente, porque ya ocurrió una vez. Pero cuando vine, abrí la puerta de Chinda Díaz y vi que todo se venía abajo, encima de los panes en las cámaras, supe que ya no había vuelta atrás”, lamentó Nájera, con la voz entrecortada.
Los suspiros lo acompañaban mientras recordaba el camino que había tenido que recorrer para mantener en pie su negocio. “Habíamos hecho tantos esfuerzos, teníamos un rótulo ahí que hasta lo habíamos bajado porque la Alcaldía tenía unos parámetros de uso y ahora imagínese”.
“Uno se limita a muchas cosas, a cosas que te gustan hacer para mantener fuerte el negocio, que te genere algo más para la familia, para los próximos años venideros, construir algo para tus hijos, pero bueno, se dio”, lamentó.
Las llamas consumieron 8 negocios
Carlos Bonilla, portavoz del Cuerpo de Bomberos, explicó que “a las 06:20 AM fuimos alertados de un incendio estructural debido a una explosión que se había escuchado en la zona. En el lugar se encontraron varios locales ardiendo en fuego, fue necesario mover toda nuestra logística contra incendios”.
Entre estos negocios estaban los de Nájera. Chinda Díaz no era el único negocio que le pertenecía, de hecho, tenía tres emprendimientos más. Dos de ellos funcionaban desde hace varios años y el tercero estaba a punto de inaugurarse.
“Teníamos cuatro emprendimientos juntos, uno de celulares, uno de asados que estábamos por inaugurar este jueves, uno de plásticos que está el portón cerrado y Chinda Díaz que es el histórico”, explicó el afectado.
El siniestro no tuvo piedad, en 30 minutos, la Avenida Cervantes, que se distingue por su color y vida, se transformó en una chimenea de tonos negros y grises.
Pese a los esfuerzos del Cuerpo de bomberos y autoridades municipales, nada quedó de los negocios, solamente escombros y cenizas. Según el recuento, en total, fueron ocho los negocios que desaparecieron bajo las llamas de fuego, al igual que el sustento de decenas de familias y empleados que dependían de ellos.
“Ni siquiera he tenido chance de sentarme a sacar un número sobre las pérdidas, pero se imagina, el primer negocio lo comencé hace 12 años (Chinda Díaz), el segundo hace seis, el tercero hace cuatro y este ya tenía tres”, relató Najera.
Esta es la segunda vez que los locales de esta avenida son víctimas de las llamas, incluyendo el icónico “Chinda Díaz”.
El 18 de febrero de 2020, las llamas consumieron por completo el negocio, dejándolo en cenizas y con pérdidas materiales millonarias. Poco tiempo después la pandemia por covid-19 azotó Honduras, impidiéndole a sus dueños reabrir sus puertas al público.
Pese a las grandes dificultades –el incendio y la pandemia por covid–, en marzo de 2021, lograron renacer. El negocio se restableció y tanto los hondureños como los extranjeros volvieron a disfrutar de sus panes y tamales que los distinguía.
Este martes 22 de julio, cuatro años después, el fuego volvió a hacer presencia y a derrumbar todo lo que habían alcanzado construir.
Pese a las grandes pérdidas, Najera, acompañado de sus hermanos, su hija y su mejor amigo, aseguró con la frente en alto que “Dios pone pruebas y hay que saberlas superar, más cuando somos hondureños que somos gente trabajadora”.
El propietario afirmó que este no será el fin para Chinda Díaz y sus otros negocios. “Hay planes a futuro, estamos fuertes, estamos con todas las ganas y Dios está con nosotros, además del apoyo de mi familia”.
“Estamos con los brazos abiertos”, ante cualquier ayuda que la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) o demás autoridades quieran brindar, ya que este tipo de sucesos son “un duro golpe” para cualquier familia hondureña, cerró.