Sucesos

Un niño muerto, un cadáver equivocado y dos versiones: el naufragio de migrantes en el río Guayambre

Emisca Shilove, quien no habla español y tampoco inglés, ha tenido que realizar gestiones para reclamar el cuerpo de su hijo, quien será enterrado en el municipio de Danlí, en el mismo departamento de El Paraíso, lugar donde también espera sepultar a su pareja
01.10.2022

EL PARAÍSO, HONDURAS.- Honduras es paso obligatorio para miles de migrantes que año tras año buscan llegar a Estados Unidos desde el sur del continente americano y quienes debido a su estatus legal irregular y a los múltiples peligros a los que se exponen, optan por ingresar y transitar por puntos ciegos en el territorio nacional.

Lastimosamente, esa situación ocasionó que unos 11 migrantes cayeran de una canoa el pasado 28 de septiembre, cuando intentaban cruzar el caudaloso río Guayambre en el departamento de El Paraíso, zona oriental.

La tragedia quedó captada en un video aficionado grabado por una persona que se encontraba cerca y muestra cómo el pipante es arrastrado por la fuerza de la corriente.

VEA: Migrantes caen a río Guayambre en el valle de Jamastrán

En el corto clip se observa cómo, aunque el lanchero rema con todas sus fuerzas, el agua mueve la embarcación a su voluntad y una vez en medio del río, la sumerge con todos sus ocupantes dentro.

Las personas que veían la escena a varios metros gritaron aterradas: “¡Se hundió!” y corrieron para intentar ayudar, pero aunque lograron rescatar a la mayoría sin mayores daños, lamentablemente dos adultos y un niño fueron arrastrados sin dejar rastro.

ANGUSTIANTE BÚSQUEDA

De inmediato, los lugareños y posteriormente las autoridades, comenzaron con la búsqueda de los desaparecidos, siendo uno de ellos un ciudadano de origen venezolano, un niño brasileño de apenas dos años y su padrastro, de origen haitiano.

“Cabe la posibilidad de que las tres personas hayan sido arrastradas, incluso muchos kilómetros agua abajo del río. El esfuerzo ahora es dar con las personas”, manifestó Edwin Aguilera, jefe de operaciones de la Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), cuando aún había pasado poco tiempo desde el naufragio.

“En este caso fue una imprudencia, el hecho de subir once personas a un pipante (canoa) cuando están diseñados en subir entre 3 a 4 personas ya que es en base a remo”, reiteró.

HALLAN PRIMER CUERPO

Lamentablemente, al día siguiente fue encontrado el cuerpo del niño, quien fue identificado como Nickey Louis Shilove Emisca y fue hallado en la comunidad de El Torneado, a unos 10 kilómetros de donde ocurrió el naufragio, de acuerdo a lo informado por el delegado departamental del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, William Alvarado.

Esa misma noche, su pequeño cadáver fue trasladado hasta Tegucigalpa, la capital de Honduras, para ser ingresado a la morgue, donde se le practicó su respectiva autopsia.

Mientras tanto, su madre, quien también viajaba en la embarcación y logró sobrevivir, no solo luchaba con el dolor de perder a su bebé, sino que además, con la angustia de todavía no encontrar a su pareja.

La mujer, quien responde al nombre de Emisca Shilove, conmovió a la población hondureña cuando en otro video aficionado que captó el momento en que elementos de las Fuerzas Armadas colocaron el cuerpo del niño en la orilla tras sacarlo del río, se le observa desgarrada en llanto, invocando el nombre de Jesús y mostrando su abdomen, pues en él cargará para siempre la cicatriz de la cesárea que le practicaron para traer al mundo a su hijo.

Esta era la identificación del niño Nickey Louis Shilove Emisca.

Mientras tanto, la búsqueda en el caudaloso río continuó, y tras varias horas, las autoridades confirmaron el hallazgo de un segundo cuerpo, el cual se creyó que pertenecía al padrastro del niño, sin embargo, tras mostrarle fotografías a la acongojada mujer, se confirmó que no era él.

El cuerpo en realidad correspondía al venezolano Jerry Junior Contreras Sosa, quien también había caído del pipante.

Así fue el momento en que las autoridades hallaron el cadáver del pequeño niño.

Desde entonces, se siguen realizando acciones para dar con el paradero del haitiano Billy Sontesr, quien se cree pudo haber sido arrastrado mucho más lejos que las dos primeras víctimas.

Por su parte, Emisca Shilove, quien no habla español y tampoco inglés, ha tenido que realizar gestiones para reclamar el cuerpo de su hijo, quien será enterrado en el municipio de Danlí, en el mismo departamento de El Paraíso, lugar donde también espera sepultar a su pareja, ante la imposibilidad de la joven de regresar a su país o a la nación de origen de su bebé.

Posteriormente, planea seguir su ruta hacia Estados Unidos, pero de ahora en adelante sola, con el recuerdo de la amarga experiencia acontecida en Honduras.

Este es uno de los documentos de Billy Sontesr, migrante que permanece como desaparecido.

DOLOROSO TESTIMONIO

Con ayuda del migrante ghanés Abdul Razack, quien tradujo las palabras de la mujer haitiana al inglés y posteriormente otra persona al español, se tomaron las declaraciones de la acongojada madre en el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh) de la zona oriental.

Shilove explicó que el grupo de migrantes recién había realizado su ingreso a Honduras por Trojes, El Paraíso, donde hicieron su registro para recibir el denominado salvoconducto que les permite transitar Honduras en su camino a Estados Unidos.

Agregó que fueron dos sujetos en motocicletas los que los interceptaron en una calle de tierra para decirles que iban con rumbo equivocado, que la carretera estaba totalmente destruida y que solo por el río podían salir, “dijeron que era el único camino”.

Sin conocer el lugar y luego de pagarles 25 dólares a cada uno, los extranjeros se dejaron guiar por los hombres hasta las riberas del río Guayambre para comenzar la terrible odisea.

Relató que luego de un tiempo un hombre apareció para acomodarlos en el pequeño pipante “15 dólares nos cobraron para cruzarnos” y comenzar la travesía por el caudaloso río.

Así sigue la búsqueda del joven Billy Sontesr en el río de la zona oriental de Honduras.

EXTORSIÓN Y ABUSOS

El testimonio de Emisca donde denuncia un pago de 25 dólares por persona a hombres desconocidos confirma la investigación realizada por EL HERALDO hace apenas unos días, en la cual evidenció el abuso que se comete en los puntos fronterizos en contra de los indocumentados que necesitan atravesar el territorio nacional para luego ingresar a Guatemala, posteriormente a México y finalmente a Estados Unidos, su verdadero lugar de destino.

Tras infiltrarse en un bus repleto de migrantes, uno de nuestros periodistas vivió en carne propia la extorsión que se realiza desde la Policía, aprovechándose de la necesidad de los extranjeros. Aunque de ellos también se aprovechan comerciantes y otros lugareños.

De acuerdo con el movimiento de las unidades de transporte, la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus pudo comprobar que cada noche salen alrededor de diez buses, con no menos de 50 migrantes.

Esto porque solo a los cubanos y venezolanos les cobran 20 dólares, a los ecuatorianos y colombianos les sacan 100 dólares, dejando miles de dólares que al cambiarlos en lempiras se vuelven millonarias cantidades.

Por noche se llegan a movilizar hasta 500 migrantes y la mayoría como mínimo se ven obligadas a pagar 20 dólares, algunos hasta 100, por lo que la fuerte suma traducida a lempiras ronda el medio millón.

De acuerdo con las personas que se dedican al traslado de los migrantes, por lo menos en toda la ruta se reparte a las autoridades hondureñas medio millón de lempiras por noche.

Todo esto está sucediendo a vista y paciencia del alto mando de las autoridades policiales debido a que existen denuncias en contra de los policías de esos puntos.

En la zona afirmaron a la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus que los policías caminan en carros de modelos recientes y en posesión de lujosos artículos que logran conseguir a costas del robo del dinero que le hacen a los migrantes.

Al bajarse del bus, el periodista infiltrado de la Unidad Investigativa de EL HERALDO Plus vio cómo algunos migrantes cenaban con churros, agua y pan, y en el mejor de los casos un plato de comida para cuatro.

LEA EL REPORTAJE COMPLETO AQUÍ: Hasta L 500,000 por noche le quitan policías a migrantes: “Hay que dar 20 dólares o no se van”

UN DETENIDO

Y justo eso era lo que posiblemente querían evitar los migrantes, pero lamentablemente cruzaron el río cuando este tenía un caudal más fuerte de lo habitual, pues desde hace semanas se registran en el país fuertes lluvias e inundaciones.

Es por ello que también las autoridades alegan que hubo negligencia por parte del hombre que llevaba la canoa y que subió a tantas personas en la pequeña e improvisada embarcación.

El hondureño, que responde al nombre de Nelson Espinal, fue detenido y ya enfrenta un proceso en su contra, sin embargo, su familia y una parte de la comunidad aseguran que es inocente.

Eber Espinal, sobrino del capturado, dijo que su familia lleva dedicándose a ayudar a otros a cruzar el río desde hace décadas, pues ante la falta de oportunidades de empleo y de un puente en la zona se han visto en la necesidad de desarrollarlo como un oficio para subsistir.

“Esto viene por décadas, es un servicio que nosotros prestamos a las aldeas Agua Fría, Paraisito, Limones, Tapias, Chichimoral, Agua Caliente, entre otras, en tiempo de lluvias esos ríos son hondos... Nosotros cruzamos café, leche, personas enfermas en horas de la noche, anden o no anden dinero, el servicio siempre se presta”, dijo en defensa de su tío, pues alegó que él no se dedica a cruzar exclusivamente a migrantes con la intención de sacarles dinero, como se ha rumorado.

Espinoza dijo que el precio normal para cruzar es de 20 lempiras por persona y que cuando el río está crecido el costo sube 10 lempiras, pero que jamás han cobrado en dólares.

Incluso, sostuvo que su tío es “un héroe”, pues cuando vio que sus pasajeros estaban siendo arrastrados por la corriente no dudó en rescatarlos. Entre las personas a las que salvó se encuentra la madre del niño y esposa del migrante aún desaparecido, por lo que Eber espera que ella pueda testificar que se trató de un accidente y esto ayude a que su tío no sea juzgado por la tragedia.

Este es Nelson Espinal, quien conducía la canoa el día del mortal suceso.