El presidente de Honduras Porfirio Lobo
dijo este viernes que seguirá su lucha contra la evasión fiscal y anunció que revisará temas como las exoneraciones fiscales.
'Lucharemos contra la evasión fiscal, revisaremos temas como las exoneraciones que siguen haciendo ricos a los ricos y pobres a los pobres', declaró el mandatario hondureño a través de su cuenta de Twitter.
Las palabras del presidente de Honduras coinciden con una visita a Honduras de una misión del Fondo Monetario Internacional
(FMI) y el octavo 'paquetazo'
de su administración.
'Y además seguiremos luchando por reducir el gasto público en todo lo que se pueda hasta llegar al mínimo posible', añadió el presidente hondureño.
También prometió que 'como gobierno del humanismo cristiano nos comprometemos a no tocar ningun empleado público que cumpla al 100% con su deber con Honduras'.
Estas declaraciones contrastan con el criterio que se maneja en el Congreso Nacional, que insiste en la necesidad de despedir personal supernumerario
para evitar el colapso de las finanzas.
Con el denominado paquetazo, el gobierno de 'Pepe' Lobo pretende agenciarse 19,967 millones de lempiras para terminar 2012 y financiar el déficit de 2013.
La situación de insolvencia
que atraviesa la administración Lobo no le permite cubrir el excesivo gasto público.
De hecho, el Ejecutivo gestionó con el Banco Central de Honduras (BCH) un préstamo por 2,000 millones de lempiras
para cancelar una serie de obligaciones, entre ellas el pago de aguinaldos para los burócratas.
El gobierno de Honduras
no alcanzó un arreglo económico con el Fondo Monetario Internacional, lo que cerró las puertas a un préstamo en concepto de apoyo presupuestario por 130 millones de dólares (2,587 millones de lempiras) que otorgarían el Banco Mundial
(BM) y el Banco Interamericano de Desarrollo
(BID).
La emisión de 4,900 millones de lempiras en deuda interna y 750 millones de dólares en bonos soberanos para ser colocados en el mercado internacional aprobada por el Legislativo es una salida fácil ante los números rojos que atraviesan las finanzas públicas; no obstante, será una bomba fiscal para el nuevo gobierno
que asuma el 27 de enero de 2014 por la fuerte presión que significará para las finanzas del gobierno pagar más deuda pública, según analistas y académicos.
