Barcelona, un vendaval liderado por Lionel Messi, hizo claudicar al Milán y se metió en cuartos de final de la Liga de Campeones, después de remontar el 2-0 que encajó en San Siro; el encuentro fue un monólogo azulgrana, salpicado por un disparo al palo de Niang y una oportunidad de Robinho.
Los de Roura conocerán su rival en la próxima ronda el viernes, cuando se produzca un sorteo en el que también estará el Real Madrid y en el que intentará estar Málaga, que hoy miércoles juega contra Oporto (1-0 para los portugueses en la ida).
Un verdadero huracán...
Salió el Barça enchufado, sabedor de que necesitaba dos goles para, al menos, igualar la eliminatoria y forzar la prórroga. No necesitó siquiera cinco minutos el cuadro azulgrana para adelantarse en el marcador. Messi cazó un balón en la frontal del área y con dos rápidos toques mandó el cuero al fondo de la portería de Abbiati. Aviso letal...
Volcado desde la previa el Camp Nou con su equipo, se ponía todo de cara para los Azulgrana. Con el Milán encerrado en su área, el vendaval ofensivo de los Culé fue total, aunque no conseguía acabar de concretar el equipo de Roura. Se llevó incluso un gran susto cuando, en el minuto 37, Niang se quedó solo ante la portería de Víctor Valdés, pero mandó el balón al palo derecho.
Lejos de venirse abajo o amedrentarse, el Barcelona aprovechó el siguiente ataque y, un minuto después, de nuevo la Pulga Messi puso el segundo gol en el luminoso e igualaba la eliminatoria.
No quería suspenso...
Se abría un nuevo partido en la segunda parte. El Barça se mostró más cauteloso en el arranque y el Milán se estiró en el campo, tratando de buscar un gol que obligase a los locales a marcar dos más para pasar a cuartos.
Pero los italianos fueron incapaces en todo el partido de hacer frente al Barcelona, una apisonadora sobre el césped del Camp Nou. En esas llegó el tercer gol del equipo de Tito Vilanova, hospitalizado en Nueva York: un magnífico pase de Xavi, que forzó para llegar a este encuentro, lo aprovechó Villa, titular en esta ocasión, que con la izquierda puso el balón fuera del alcance de Abbiati. Todo color de rosa.
Sin ponerse colorado
Solo un susto, en una acción de anticipación de Jordi Alba a Robinho a los 82 minutos, presidió la “zona Cesarini” del partido. Ese gol que clasificaba a los italianos por la heroica les fue negado finalmente y el Barça recuperó el “oremus”, la gloria con el cuarto, culminación de Jordi Alba tras un regalo de Bojan en su retorno a casa (aplaudido).
Para cónclave, el del Barça, con sus 90 mil fieles entregados a una causa que renace y un 4-0 para la historia que devuelve al Milán aquella goleada encajada en Atenas que acabó con el Dream Team.
Adiós fantasmas...
Con el partido y la eliminatoria de cara para el Barcelona, los de Roura se dedicaron a gestionar, aun más, el control del balón. Claudicaron los italianos, que apretaron en el tramo final, ante un equipo que con este triunfo espanta, al menos de momento, las dudas que había suscitado en las últimas semanas, al enlazar dos derrotas ante Real Madrid y una contra Milán.
El Barça, a cuartos y los detractores a las duchas...