Tegucigalpa, Honduras.- Las largas e interminables filas de vehículos se han convertido en el pan de cada día para los ciudadanos de Santa Lucía y Valle de Ángeles, quienes cada mañana deben viajar hacia la capital para cumplir con sus labores o realizar diligencias personales.
Vecinos de ambos municipios relatan que los trayectos que antes duraban unos 30 minutos ahora se han transformado en viajes desesperantes de hasta dos horas o más, dependiendo del horario y de las condiciones del tránsito.
“Regularmente, cuando hay clases en instituciones bilingües, el tráfico es muy, muy difícil aquí. Debemos salir de la casa antes de las cinco de la mañana para poder llegar a tiempo al trabajo”, lamentó Dania Martínez, habitante de Santa Lucía.
Esta es la rutina bajo la que viven cientos de habitantes de estos municipios. Salen de sus viviendas desde las 4:00 de la mañana y regresan hasta las 9:00 o 10:00 de la noche, todo a causa de los enormes tráficos que se forman en el sector.
Estas personas realizan viajes de cuatro horas, tal vez más, en un solo día, sumado a las ocho horas que implica una jornada laboral: son 12 horas de desgaste físico y emocional que termina reflejado en un agotamiento extremo, aseguran.
El embotellamiento implica un enorme gasto de combustible: “Llegó un tiempo en el que invertía alrededor de 10,000 lempiras mensuales en gasolina, al final mejor cambie de carro a uno más económico”, relató otro poblador de Valle de Ángeles.
En las horas pico, que son entre las 7:00 - 9:00 a.m. y las 3:00 - 6:00 p.m., los embotellamientos alcanzan su punto máximo. Los vehículos no se mueven por un largo espacio de tiempo.
“El hecho de que aún no se hayan implementado los cuatro carriles nos afecta de gran manera, tenemos que levantarnos muy temprano para salir temprano de casa y llegar a nuestros trabajos”, reafirmó Martínez.
Las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) y la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) prometieron en varias ocasiones, ampliar la vía a cuatro carriles, sin embargo, nada de esto se ha materializado.
El 2 de junio del 2023, Jorge Aldana, edil capitalino, declaró que “ya tenemos los presupuestos, tenemos todo listo, solamente falta afinar detalles y si Dios quiere, la siguiente semana sacamos la licitación”.
Este proyecto prometía una ampliación de tres carriles en 3.7 kilómetros, incluso se anunció que la obra iba tener una inversión de 170 millones de lempiras, pero evidentemente, nunca se ejecutó.
El julio de 2024, la comuna revivió las esperanzas de la población, prometió realizar una ampliación de la carretera a cuatro carriles e incluso la construcción de un puente elevado de 391 metros de longitud. En este caso la inversión que se tenía prevista era de 358 millones de lempiras.
Han transcurrido 15 meses desde entonces y el tráfico continúa siendo un agobio para los pobladores.