Tic Tac

Rosendo García: 'Tengo 16,000 contactos en mi teléfono móvil...”

Cortador de café, amante de los perros y enfermo por el fútbol
FOTOGALERÍA
05.10.2018

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Acaricia a Campeón con esas mismas manos grandes que hace 29 años cortaban café en la aldea Las Selvas de El Paraíso. Su cara no ha cambiado mucho respecto al cipote que iba perdiendo la pena y narraba imaginariamente los partidos del Olimpia de Juan y Dolmo Flores o del Madrid de Juanito y Santillana. “Soy un narrador frustrado”, confiesa este hombre de 43 carismáticos años y “16,000 contactos” en su móvil.

“Es más difícil estar de este lado que del otro”, acepta Rosendo García mientras termina de acomodarse en una silla negra que va a soportar 45 minutos de entrevista con el “Indio”, con el famoso “Feo” de la aldea Santa Cruz de El Paraíso.

Esta vez él se ha sentado en el banquillo y promete “decir toda la verdad”. Falta una hora para iniciar el programa La tarde por HRN, la emisora de viejas y demacradas instalaciones conocidas desde los 16 años por este periodista que inició cubriendo la nota roja hasta ser un señor amigo de los grandes toros de la política nacional.

¿Qué tal, Chendo? ¿Cómo es eso de que sos un narrador frustrado?
Es que cuando era cipote e íbamos a cortar café a las fincas se me encendía la imaginación y describía partidos imaginarios. Desde ahí mi ilusión era estudiar periodismo para narrar juegos, pero me quedé con esa deuda.

¿Nunca narraste?
Solo juegos de la Liga Mayor de El Paraíso en Radio Guaymuras y Radio Paraíso.

¿Y cómo ingresaste a Emisoras Unidas?
Mire que pasó algo anecdótico. En 1993 entro a Radio América a colaborar para un proceso electoral interno del Partido Liberal y Renato Álvarez me recomienda con los jefes, pero al final no se pudo concretar nada. Estuve cerca de trabajar en la América pero como en la “U” yo era compañero de Raúl Valladares, quien ya era el coordinador de noticias de HRN, le dije que me recomendara y así fue, ingresé a la “N” en diciembre de 1993.

Bueno, ya luego vamos a hablar de tus experiencias en radio pero ahora contame de tu niñez: si eras narrador, me imagino que jugabas fútbol.

Yo no soy como muchos que vienen aquí y dicen que fueron grandes jugadores en el pueblo: yo era duro y lo sigo siendo. Incluso recuerdo que mi buen amigo Rafael Díaz, quien ahora es odontólogo, me puso un apodo: Paco Buyo, como el portero del Real Madrid. Resulta que en las potras nadie quería ir al marco y el papá de Rafa, el profesor Ramón Ignacio Díaz (QEPD), me decía que me pusiera de portero; de pronto funcionaba y hacía mis atajadas y Rafa me empezó a decir Buyo. Imagínese que si me hubiera dicho Andoni Zubizarreta por ahí me hubiera hecho hincha del Barça...

¡Huy! ¿Pero tenías otros apodos?
¡Ah!, no hay quien no tenga apodos de la escuela. De los comunes me decían “Indio”, “Negro” e incluso había unos amigos que me decían el “Feo” y a veces le ponían la doble l, el “Fello”... ja, ja, ja.

¿Y al “Feo” cómo le iba con las mujeres?
No fui mujeriego. Y no es que me consideraba feo, pero quizá a las mujeres les gustaban más los blancos y de ojos azules... aunque yo tampoco andaba mucho en esas cosas.

¿No fuiste tunante?
No, así abiertamente no. Para andar en esas cosas primero se ocupa tiempo y luego dinero y yo el tiempo lo tengo invertido aquí en la radio.

Mire que aquí hasta tengo mi clóset... ja, ja, ja... no es broma, a mí no me gusta andar de saco y corbata, me resulta incómodo, pero el formato de “Al banquillo” lo requiere, entonces cuando voy a grabar aquí me cambio.

Su segundo hogar
En el improvisado camerino hay un trío de sacos colgados a media altura. Realmente todo es tan pequeño que la mente vuela imaginándose a este “Feo” de 1.80 metros poniéndose el frac para ir a presentar al canal Tsi.

“Pero soy un tipo auténtico”, interrumpe Rosendo García, a quien de inmediato se le atraganta la paz cuando el fotoperiodista Marvin Salgado intenta mover un cuadro tapado que ha estado detrás de la figura del orgullo de su madre, doña Chon.

- Ahí está moviendo algo que es prohibido, dice la voz de tenor de Chendo García.

- ¿Prohibido por qué?, le pregunta Marvin Salgado.

- ¡Ah, no!, es un documento clasificado que no sé por qué sigue acá. Pero se lo voy a enseñar, sí, ya no es prohibido.

Aquellas manos madridistas “a muerte” desvelan un póster gigante de Cristiano con la firma del astro portugués que decidió dejar al Real Madrid para fichar por la Juventus. “Aquí está, le muestro al traidor. Tenía una camisa autografiada por él y la regalé y este póster también se va a ir de aquí”.

El fútbol es una de sus pasiones, como los perros. “Si hay una final Real Madrid-Barcelona en Champions y me toca trabajar, ese día me enfermo... pero entre comillas ja, ja, ja”. Riéndose estaba cuando su hijo mayor lo llamó al teléfono. Había llegado al edificio de la N con tres de sus perros: Bucky, un gran danés, Jessie y Campeón, dos pugs. “Me gusta criar perros y me apasionan los pugs, unos animalitos tan nobles. También tengo un pastor alemán y ese gran danés, la raza de Scooby Do. En total son seis y Jessie está preñada así que vienen más. Pero igual he vendido y he regalado varios perritos. A don Rafael Ferrari, a su hija Pía Pastor, a Juan Orlando”.

¿Al presidente? ¡Ah, bueno! A propósito de políticos, ¿cuál es tu mejor amigo en ese mundo?

Tengo muy buenos amigos políticos. Por ejemplo Rony Martínez, un paisano que ahora es diputado por El Paraíso. “Toño” Rivera es otro buen amigo mío y tenemos un fabuloso nexo por el Real Madrid; él es de los que sufre, incluso hace poco nos ocurrió algo curioso porque en medio de una entrevista me dice: “¿Ya viste que estamos perdiendo?”. CSKA le estaba ganando al Madrid.

Tener amigos políticos no es malo, pero aquí la gente lo sataniza a uno por eso.

¿Qué opinás del periodista machaquero?
Es un mal concepto que le han puesto al compañero que va a vender publicidad para su programa. No es que se ande vendiendo al político o al empresario.

Pero igual hay políticos que dan dinero sin estar de por medio un contrato de publicidad.

Por lo menos a mí no me ha pasado. Y siento que no es que el político regala, sino que hay una identificación por el servicio que se presta, esos son desprendimientos, no es que te está comprando.

¿De qué color es tu corazón político?
Tuvo color pero ahora voto por la persona, no estoy matriculado con ningún partido. En la última elección voté por el alcalde de un partido, el presidente de otro y diputados del Partido Liberal, del Partido Nacional, una del Pinu y hasta de Libre.

Te dije que luego hablaríamos de tus vivencias en la radio y antes de irnos contame de tus inicios: ¿En qué fuente iniciaste en tus años de reportero?

La que hacía periodistas. En aquel tiempo o te ibas a deportes para aflojar la lengua o cubrías muertos. Yo cubrí la nota roja en 1993 y 1994. Recuerdo casos emblemáticos como el de la normalista Ricci Mabel Martínez, las condenas de Santos Ilovares Fúnez y el coronel Castillo Maradiaga y todavía me acuerdo de la primera nota que cubrí, la de un energúmeno que mató a mordidas a su hijastro de seis meses en la Miramesí.

Duro, me imagino
Sí. Era un sábado y con Wilmer Romero llegamos primero que los de la morgue al lugar de los hechos. Tomé los datos para reportar al día siguiente por la mañana al noticiero El matutino del aire; redacté como media cuartilla a mano, le daba vuelta una y otra vez y la hice como 15 veces para quedarme al final con la primera que había escrito. ¡Je! Decía algo así: “Como en la época del canibalismo, un individuo bajo los efectos del alcohol y las drogas terminó con la vida de su hijastro”. Y luego entraba la cinta, no era nada digital en aquellos días.