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Sapporo y Otaru, ciudades de contrastes

Una es sede de los artesanos del vidrio y la otra es la cuna del ramen y la cerveza, dos metrópolis japonesas con mucho por descubrir

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23.11.2019

Un helado de vainilla con chispitas de chocolate en la tienda Snoopy Cha-ya, santuario del simpático personaje creado por el estadounidense Charles Schulz en 1950, es la dulce bienvenida que reciben los turistas en la ciudad de Otaru, Japón.

Desde mochilas, ropa, camisetas, bolsos, libretas, agendas, lápices, sombreros, figuras, hasta galletas y helados decorados con la imagen del perrito juguetón de Charlie Brown o Carlitos, de la historieta Peanuts o Rabanitos, están ahí a la mano de los fanáticos y coleccionistas.

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Pero no es lo único que hay en Otaru. La ciudad ubicada al noroeste de Sapporo, en el estado de Hokkaido, Japón, es sede de los artesanos del vidrio, las cajas musicales y las
destilerías de sake.

Además de las hileras de tiendas de productos elaborados a base de vidrio y oro, el famoso canal de Otaru, cuya construcción concluyó en 1923, es otra de sus atracciones.

El canal de 1,140 metros de longitud, que convierte a Otaru en una pequeña Venecia, está rodeado de cafés y tiendas que funcionan en viejos
almacenes remodelados.

Encuentro artesanal

Pero, como el tiempo era corto, lo primero fue sumergirse en la Sakai-mach, una transitada calle comercial tapizada de restaurantes y tiendas de regalos, que es un imán para los turistas. Para llegar ahí primero había que resistirse a la tentación de llevarse a casa una de las innumerables cajas musicales y al menos uno de los coloridos adornos de vidrio, que forman parte del sello de la ciudad, de la mano de prestigiosos artesanos del cristal japonés.

Antes había que detenerse en el Museo de Arte Veneciano, creado por la tienda Kitaichi, fundada en 1901, que ofrece los objetos de cristal más apreciados de Japón. En el museo hay joyas de esmeralda, diamante, topacios, máscaras y hasta una góndola dedicada a la princesa Diana de Gales.

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Pero no todo es vidrio. Al cruzar a la calle Sakai-mach, la primera mirada es hacia la tienda Snoopy Cha-ya. De ahí, el recorrido lleva a hileras de negocios de venta de souvenirs, ropa, restaurantes, café y pastelerías, donde cuesta resistirse al olor de postres
recién horneados.

Y qué decir de los helados, Otaru es el paraíso de este exquisito postre. Uno de los más famosos es Kita-no Aisukurimu-ya-san, una heladería ubicada dentro de un almacén que data de 1892. Ahí entre sabores increíbles, únicos y desconocidos para el paladar occidental, el visitante puede encontrar desde el sabor a melón, el ika-sumi, que es una mezcla de color negro hecho con tinta de calamar, hasta el de sabor a
erizo de mar.

Y es que, en la calle Sakai-mach el turista encuentra desde una figura de Mario y Luigui del gigante Nintendo; un tierno Pikachu de la saga Pokémon, hasta la diversidad de piezas de la muñequita Hello Kitty.

Estación 2: Sapporo

Pero, si esos sabores extravagantes no son de su gusto, pues a cambiar de ruta se ha dicho. Dejamos atrás los canales venecianos para iniciar un recorrido por los restaurantes de ramen en la luminosa ciudad de Sapporo.

La metrópoli de 1.9 millones de habitantes situada en la parte suroeste interior de la isla de Hokkaido es la quinta ciudad más grande del país.

Fundada en 1869, está rodeada de montañas y mantiene numerosas zonas verdes a pesar de su crecimiento demográfico. La prueba son los de 2,700 parques que coexisten en la ciudad.

El de Sapporo fue un corto encuentro nocturno. Y ocurrió en el distrito comercial Susukino, ubicado en el barrio de Chuo, una zona popular entre los turistas, que llegan atraídos por sus luces de neón, hoteles, bares y discotecas. Es en resumen un atrayente centro de ocio nocturno.

Caminar por la ciudad es una experiencia diferente. Menos llena de gente que Tokio, parece más bulliciosa, más alegre y muy luminosa. El recorrido en busca de tiendas de souvenirs fue una oportunidad para ver rótulos reflectantes y uno que otro muchacho conduciendo un colorido auto modificado en medio de un rugir de motores, semejantes a los de la famosa saga de “Rápidos y furiosos”.

Al comenzar a caminar por una especie de peatonal donde se levanta una hilera de más 4,500 tiendas, es difícil decidir cuál elegir. Además de ropa, perfumería, artículos personales y para el hogar, entre otros, más allá están los famosos “Callejones del Ramen”, decenas de restaurantes especializados en ese plato elaborado con pasta de miso y sopa de pollo. Aunque no dio tiempo de probar el ramen, sí probamos otra de sus especialidades culinarias, la sopa de curry, una salsa de curry acuosa y dulce, parecida a un caldo, servida con trozos de verdura y muslo de pollo.

Además de esta zona, en Sapporo hay varios centros comerciales, entre ellos el Sapporo JR Tower, sede del famoso Pokémon Center, el espacio de otakus y de amantes de los videojuegos más asediado de Japón.

El tiempo es corto, pero luego de esa rápida caminata y después de leer que fue sede de los XI Juegos Olímpicos de Invierno de 1972 y una de las sedes de la Copa Mundial de Fútbol de 2002, no hay duda que Sapporo es una ciudad luz que hay que conocer una vez en la vida.