Crímenes

Eduardo Arroyo, un pintor en la búsqueda de su último cuadro

El artista español, que exhibe su obra de forma simultánea en dos exposiciones,
se prepara para crear su última pintura

FOTOGALERÍA
11.03.2017

Madrid, España
Acomodado en su estudio de Madrid, el pintor español Eduardo Arroyo muestra al mundo lo que podría muy bien ser su último cuadro: “La muerte de Van Gogh”.

La pregunta de cuál sería su última obra ya se la había planteado justo cuando cumplió los 80 años el mes pasado, cuando un artículo del diario El País lo describió como un artista que se debatía entre la ansiedad y la impaciencia mientras afronta seis exposiciones.

Ahí, en lo que El País denomina “exuberante desorden de su estudio madrileño, impregnado de óleo, papel cebolla, lápices, pinceles y cronómetros ocultos”, Arroyo se planteó un cierre a su larga y fructífera carrera.
Es algo que viene haciendo cada día, al levantarse; cada noche, al acostarse.

“Teme y al mismo tiempo se prepara ante el inquietante filo de la pincelada final. ¿Me dejará completar la obra? ¿Quedará a mitad?”.
Ese “temor” que manifestó a El País no lo detuvo para inaugurar dos exposiciones y prepararse para otras cuatro más en junio.

“Desde que hace poco más de un año tuve un susto, me ha invadido una mezcla de ansiedad e impaciencia”, asegura. Lo dice mirando de reojo el cuadro que tiene en la pared. Lo ha dejado para tomarse un descanso.

Artista 3.0
Según el artículo, estas palabras quizá denoten que Arroyo se siente algo frustrado con respecto al país que lo recibió de su exilio en los años ochenta, “con décadas fructíferas en París y en Roma, mientras España exudaba alcanfor, tubos de escape del Seat 600 y misas.

Aquella ilusión del regreso se le ha ido revirando”. Pero nada de eso le quita el entusiasmo. Planea pintar, escribir, defender la tauromaquia y jugársela por el boxeo.

Si algo inquietante le produce esa angustia es felicidad: “La del trabajo. Es curioso el momento por el que estoy pasando. La impaciencia me lleva al perfeccionismo, la productividad me conduce a una extraña lentitud. La pintura me está salvando”.

Las dos exposiciones simultáneas en Madrid están abiertas, una en la galería de Álvaro Alcázar y otra en Tiempos Modernos.

“Todo obra nueva. En la primera hay pintura y escultura, obras que enfrentan dobles figuras: a Frida Kahlo con Don Juan Tenorio, a Falstaff con Orson Welles, al indio Gerónimo con Cyrano de Bergerac… Y la otra la he titulado ‘Tirarse los muebles a la cabeza’.

Son mujeres que hacen digna esa expresión y a las que les brotan de la frente o el cráneo mesas, sillones, sillas, escritorios”, explicó.


No da nada por sentado, igual se deja arrebatar por los grandes formatos y acariciar por las medidas mínimas. “O muy grandes o muy pequeños. Son dos pruebas, dos problemas, lo más difícil, a mi juicio, que se le puede ocurrir a un artista”.

La exposición
“Tiempos modernos” es el nombre de la muestra que reúne dibujos y collages de uno de los grandes artistas internacionales de nuestro tiempo. La serie que da título a la exposición presenta retratos de mujeres con muebles y cerámicas de Tiempos Modernos convertidos en sorprendentes sombreros.

Esta exposición, que estará abierta hasta el 26 de marzo, recoge las grandes claves de la obra de Arroyo: la erudición, la ironía y el sentido del humor.

Eduardo Arroyo nació en Madrid en 1937, es uno de los artistas españoles más destacados. Pintor, dibujante, escultor y grabador, Arroyo se ha dedicado también a la literatura como ensayista y a las artes escénicas como escenógrafo de teatro y ópera.

Es reconocido en países como Francia, Alemania e Italia. Ha realizado más de 200 exposiciones individuales, en espacios como el Centro Georges Pompidou, el Guggenheim de Nueva York, el museo Olímpico de Laussane, el IVAM o el Reina Sofía.

Le fue concedido el Premio Nacional de Artes Plásticas en 1982, Caballero de las Artes y las Letras del Gobierno francés en 1999.