El expresidenciable nacionalista, Ricardo Álvarez, le dio un hasta luego a sus simpatizantes y anunció su incorporación inmediata a la candidatura presidencial que encabeza Juan Orlando Hernández, declarándose un obrero del partido.
Lo que ya se miraba venir, el líder de la otrora corriente Salvemos Honduras “aceptó” el mandato de la asamblea nacional que se desarrolló en el Salón Social Juventud entre las 11:00 de la mañana y las 4:00 de la tarde.
“Hoy, con humildad, y sobre todo con responsabilidad, acepto su mandato para seguir luchando por los más pobres, para seguir defendiendo a los nacionalistas y que todos tengan las mismas oportunidades”, dijo un Ricardo Álvarez, que se le notaba triste porque de esta manera le estaba diciendo adiós a sus bases, que llegaron hasta este cálido municipio.
Con la determinación de Álvarez se concreta la anhelada unidad del Partido Nacional, paso que, según ellos, representa una garantía de ganar las próximas elecciones generales.
La asamblea de ricardistas contó con la presencia de delegados de todo el país y con activistas de Valle, Choluteca y Francisco Morazán, entre otros, que llegaron a calorizar el evento.
No se vio a ningún dirigente de la corriente de Juan Orlando Hernández, pero sí estuvieron los candidatos a diputados Antonio Rivera Callejas y Juan Diego Zelaya, que durante la campaña estuvieron del lado de Álvarez pero que, terminadas las primarias, se plegaron de inmediato a la causa del candidato presidencial.
Condiciones
El encuentro tuvo la característica de participación de unos 40 dirigentes, que coincidieron en pedirle a Álvarez que se uniera a la candidatura presidencial de Hernández pero bajo algunas condiciones.
Entre estas estaban su continuidad en la presidencia del Comité Central del Partido Nacional, su incorporación como diputado para optar luego a la presidencia del Congreso Nacional (esta última finalmente no fue aprobada), la incorporación de la propuesta social de Álvarez en el plan de gobierno de Hernández y la integración equitativa de los cuadros de Álvarez en las comisiones de trabajo del partido a nivel nacional.
Luego de escuchar un sinnúmero de participaciones, la Junta Directiva de la asamblea, encabezada por el dirigente Carlos Ledezma, redactó la Declaración de Pespire, en la cual le “autorizan” a “iniciar un proceso de unidad” basado “en un proceso genuino, transparente y de buena fe, carente de atropellos de cualquier tipo en el que se respete a la dirigencia valores, principios de nuestro movimiento que no sean más que del Partido Nacional”.
La Asamblea le pidió a Ricardo negociar “igualdad de oportunidades para todos” e integrar al Plan de Gobierno los programas tendientes a equipar la Policía Nacional, medicinas seguras, techos y pisos dignos, agua para vivir, ampliación del bono doce mil, incluyendo a los discapacitados y de la tercera edad.
Además demandaron la participación de ricardistas en la Comisión Nacional de Campaña y en los niveles departamentales y municipales.
La Asamblea rechazó, por no ser compatible con la ley, que Álvarez opte a ser diputado, pero sí pidió “que sea reelegido en la presidencia del Comité Central del Partido Nacional”.
Acepto con humildad
Ricardo Álvarez aceptó el mandato de la asamblea con la “humildad y responsabilidad” del caso.
“Lo hago por mi amor a Honduras, un día lo entenderán a qué me refiero”, dijo en alusión a la presencia en las elecciones generales de otros partidos.
Expresó que su deseo es “seguir defendiendo la democracia” y se declaró enemigo “de los populistas que quieren seguir robándole a Honduras”.
“Nosotros no necesitamos constituyente para cambiarle la vida a la gente”, dijo el exprecandidato presidencial para enseguida resaltar “que nadie se sienta derrotado porque lo que hemos constituido es valioso. Hemos sembrado la semilla del futuro, Dios tiene un plan perfecto para cada uno y yo me someto a él”. Dio a entender que volverá a organizar su movimiento presidencial después de las elecciones generales.
“Hoy”, afirmó Álvarez, “acepto el mandato de Pespire para que nos sumemos al sendero de la victoria”. Álvarez se declaró un respetuoso de la libertad de expresión y de la institucionalidad, principios que continuará invariablemente defendiendo en la campaña general que se avecina.
“Me sumo con humildad después de haber escuchado al nacionalismo. Hoy me declaro un obrero del Partido Nacional y estoy dispuesto a aceptar con voluntad el papel que se me asigne”, expresó.
“Hoy bajo el mandato de Pespire nos sumamos para que el Partido Nacional gane las próximas elecciones generales, para que Juan Orlando sea el próximo presidente de Honduras y ustedes tengan las oportunidades que se merecen”.
Añadió: “Me sumo con humildad, con el corazón abierto a miles de nacionalistas que creyeron en nosotros y que hoy nos acompañarán en la nueva ruta de la victoria”.
“Hoy pongo mi esfuerzo y mi trabajo al servicio de mi partido, para que juntos logremos el triunfo, para que juntos le demos las oportunidades que todos merecen”.
Álvarez dijo que la decisión de apoyar la candidatura presidencial de Hernández tiene como finalidad, entre otras, la de “seguir defendiendo la democracia, para seguir defendiendo nuestra libertad, para fortalecer la unidad de nuestro partido, pero sobre todo, para seguirle cambiando la vida a la gente, a los más pobres”.
Finalizó el discurso con un mensaje a sus bases: “Les guardo un profundo agradecimiento, los llevo en mi corazón, nunca me olvidaré de su entrega y de su sacrificio”.