Para ser un campeón de la trompeta no solo se necesita el aire, los dedos y los labios, sino dedicación, entusiasmo y mucho amor por la música.
Este es el mensaje que recibimos de Carlos Fabricio Muñoz, un adolescente que con 13 años ha demostrado que su amor por lo que hace es la herramienta principal para poder destacar como uno de los estudiantes más sobresalientes de la Escuela Nacional de Música (ENM).
Su disciplina y su dedicación durante largas horas de práctica lo caracterizan y lo han llevado a sobresalir entre los niños que mejor tocan la trompeta en este centro de estudios.
Desde muy pequeño sus padres lo involucraron en el mundo musical, por lo que inició sus estudios en la Escuela Experimental de Niños para la Música, posteriormente entró a la Escuela Nacional de Música, el lugar que lo ha adoptado y donde este talentoso artista ha obtenido la mayor parte de sus conocimientos.
La corta edad, la pequeña estatura y la sencillez que lo acompañan no es lo que determina qué tan lejos podrá llegar Carlos, pues sus aspiraciones van más allá de las condiciones actuales, y es que para este joven artista no hay nada imposible, porque los sueños de ayer y hoy pueden convertirse en realidad mañana.
Conozca un poco más acerca de Carlos Fabricio Muñoz, quien gracias a su dedicación y entusiasmo se perfila como futuro artista.
¿Qué es lo que le gusta de la música?
La verdad de la música me gusta todo, ya que es algo que me inspira porque solo pocas personas pueden hacer y crear música, entonces lo miro como un privilegio del que muchos no gozan, pero gracias a Dios yo sí.
¿Pertenece a algún grupo musical dentro de la escuela?
Claro que sí, yo pertenezco a la Banda Juvenil Sinfónica y a un grupo de trompeta que crearon mis maestros el cual se llama Son Boleros, este grupo es conformado por varios alumnos y se fundó en mayo de este año para celebrar el Día de las Madres.
¿Quién lo motivó a estudiar música?
Sin duda alguna que fue mi padre ya que él tiene como 20 años de pertenecer a la Banda del Estado Mayor Conjunto, él me ha dado todo el apoyo posible y ha hecho que mis sueños se conviertan en realidad.
En cuanto a su preparación, ¿cuál es el apoyo que le han dado sus maestros?
Mis maestros me han enseñado muchísimo y me han apoyado en todo lo que he necesitado, me han facilitado el aprendizaje; por ejemplo, hacen cubículos para estudiar y nos prestan los instrumentos para que uno esté cada día preparándose más y se pueda superar.
¿Cuándo empezó a tocar la trompeta?
Desde que era muy pequeño yo miraba a mi padre tocar la trompeta y otros instrumentos y a mí me fue gustando, entonces empecé a manipular este instrumento desde muy pequeño y hoy se ha convertido es mi pasión.
¿Cuál es su mayor aspiración?
Quiero ser un solista profesional e ir a estudiar al extranjero porque pienso que solo estudiando voy a poder lograr lo que quiero.
¿Quiénes son su fuente de inspiración?
Mi fuente de inspiración son: en primer lugar Dios, mis padres Roney Muñoz y Norma Gómez, y Brayan Paguada, un trompetista egresado de la escuela.
¿Por qué le gusta tocar la trompeta?
Me gusta sobre todo porque es un instrumento muy difícil de ejecutar y de coordinar ya que solo tiene tres pistones y es a puro aire, entonces es un reto para mí y eso es algo que me atrae y me llama mucho la atención.