El Tribunal Arbitral del Deporte (TAS) comenzó este lunes en Lausana, Suiza, a 'escalar la montaña' que representa el caso Contador, cuya victoria en el Tour ciclista de Francia 2010 está pendiente de confirmación tras un positivo por dopaje del que fue blanqueado en su país.
Un expediente de unas 4,000 páginas será examinado durante cuatro días de audiencia por parte del TAS, que prevé interrogar a una veintena de testigos.
Los mismos provienen de la Unión Ciclista Internacional (UCI), la Agencia Mundial Antidopaje (AMA), las dos instancias que apelaron, así como la Federación española (RFEC), que lo exculpó en febrero pasado. Y, por supuesto, el propio corredor.
Alberto Contador, quien acaba de regresar de su luna de miel en el Caribe y Roma, se juega su tercera victoria en la 'Grande Boucle' en este asunto, y estuvo presente desde el primer día, este lunes, cuando está previsto que su audiencia tenga lugar el martes.
Vestido elegante y clásico (traje oscuro, camisa blanca), el corredor español se mostró muy concentrado, habiendo llegado temprano al lugar junto a su hermano 'Fran' y a un grupo de prestigiosos abogados. Entre ellos figura el suizo Antonio Rigozzi, quien ha ganado varios casos ante el TAS.
Reunidos a mitad de jornada en la sala cuadrangular del castillo de Béthusy, sede del TAS, los árbitros y las cuatro partes presentes luego se trasladaron a la del Comité Olímpico Internacional (COI), a algunos kilómetros de distancia, por razones de logística, cuestión de poder beneficiarse de la traducción simultánea, por ejemplo. El regreso a Béthusy está previsto para el jueves, para brindar las primeras conclusiones.
No obstante, la decisión final será tomada a comienzos del año 2012 en el marco de un caso muy complejo, en el que se oponen tesis muy diferentes desde la revelación del mismo, en setiembre de 2010.
La defensa de Contador sostiene que las trazas de clenbuterol (50 picogramos), encontradas en la muestra del ciclista en el control realizado el 21 de julio de 2010, son tan ínfimas que se explican por una intoxicación alimentaria.
Para ésta, existe la posibilidad de encontrar en España carne contaminada, ya sea importada o procedente de establecimientos que realizan prácticas ilegales. Un informe al respecto realizado en 2010 provocó la indignación de los productores ganaderos españoles.
También será testigo ante el TAS el carnicero de Irún (País Vasco español) en cuyo negocio se compró la carne que consumió Contador, así como los compañeros de equipo de éste, el también Benjamín Noval y el italiano Paolo Tiralongo, quienes ingirieron la misma carne.
La acusación, en cambio, privilegia la hipótesis de una transfusión, una práctica prohibida. Según el diario español El País, la AMA explicaría la presencia del clenbuterol por una bolsa de plasma que habría sido utilizada para disimular la transfusión la víspera del control.
Ésta se apoyaría en lo aprendido gracias a las declaraciones de varios testigos 'arrepentidos' de la Operación Puerto. También había ftalatos, o sea, restos de plástico en la muestra de Contador, pero no hay ningún método oficial de detección de estos en la lucha antidopaje.
Ambas partes han solicitado la intervención de diversos especialistas, como los alemanes Hans Geyer, por parte de la AMA, y Holger Koch, por parte de Contador, ambos especialistas en plásticos. La defensa de Contador solicitó la presencia de dos expertos polígrafos estadounidenses (detectores de mentiras).
Finalmente, un trío de árbitros tendrá que decidir. Está compuesto por el Israelí Efraim Barak (presidente), el suizo Suisse Quentin Byrne-Sutton y el alemán Ulrich Haas.