Tegucigalpa, Honduras.- Dormir es más que cerrar los ojos y desconectarse del mundo; es un proceso esencial para el bienestar físico, mental y emocional. Sin embargo, en la actualidad, el sueño se ha convertido en un lujo para muchos. Las largas jornadas laborales, la sobreexposición a pantallas y el estrés diario han alterado nuestros hábitos de descanso, provocando serias consecuencias en la salud. Pero, ¿qué tan conscientes somos de ello?
Cada año, el Día Mundial del Sueño nos recuerda la importancia de un descanso adecuado y cómo la falta de este puede afectar nuestra calidad de vida. Desde problemas de concentración hasta enfermedades crónicas, dormir mal impacta directamente nuestro rendimiento y equilibrio. A pesar de ello, el sueño sigue siendo una de las áreas más descuidadas de la salud pública.
Para explorar a fondo este tema, conversamos con la doctora Nancy Villatoro, especialista en Neurología y Neurociencias y subespecialista en Medicina del Sueño, quien lideró “¿Qué hacer cuando no podemos dormir?”, una actividad realizada en el Hospital CADH Especialidades, y que estuvo enfocada en mejorar la calidad del descanso de manera natural.
Para ello, nos abrió las puertas de su “Laboratorio de sueño”, un espacio diseñado para analizar los patrones de descanso de sus pacientes y comprender a profundidad los trastornos del sueño. En este entorno, donde la ciencia y la serenidad convergen, hablamos sobre la importancia de priorizar el descanso y cómo pequeños ajustes en nuestra rutina pueden transformar significativamente nuestra calidad de vida.
A continuación, la entrevista con la experta en Medicina del Sueño
Nancy, para comenzar, ¿podría contarnos sobre la actividad realizada hoy en conmemoración del Día Mundial del Sueño? ¿Cuál fue su objetivo principal y qué impacto busca generar?
Cada año, el 14 de marzo, se conmemora el Día Mundial del Sueño para recordar la importancia de un descanso adecuado. Actualmente, estamos viendo una alta incidencia de trastornos del sueño que generan repercusiones a largo plazo, desde enfermedades crónicas hasta problemas de salud mental. Lamentablemente, el sueño suele ser lo último en nuestra agenda diaria, y las horas de descanso perdidas no se recuperan.
La actividad de hoy se enfocó en enseñar técnicas para conciliar el sueño sin depender de medicamentos. Muchos pacientes creen que la solución es una “pastillita”, pero en realidad hay estrategias como la respiración consciente, la concentración en el cuerpo, y la utilización de ruidos blancos, como el sonido del mar o el ventilador, que pueden ser de gran ayuda. Además, realizamos la actividad al aire libre para exponer a los participantes a la luz solar, lo que favorece la producción de serotonina, que luego se convierte en melatonina y mejora la calidad del sueño.
¿La actividad cumplió con sus expectativas? ¿Cómo percibe los resultados obtenidos?
Sí, la verdad es que estoy muy feliz. Hicimos la convocatoria y tuvimos la satisfacción de contar con una gran participación. Fue un éxito. Pero lo más bonito de todo fue ver la expresión en los rostros de las personas; estaban felices, incluso a pesar de haber estado expuestos al sol.
Eso es lo maravilloso de la medicina del sueño: generamos cambios reales en las personas, y quienes lo experimentan son los propios pacientes. No hay forma de engañarlos, porque el bienestar que sienten es genuino. Cuando alguien empieza a dormir bien, lo nota en su estado de ánimo. A veces no lo percibimos de inmediato, pero sus familiares sí y nos lo hacen saber: “Doctora, ahora está más tranquilo, ya no está irritado, ha cambiado”.
Esa es la magia de un buen descanso. Cuando logramos mejorar la calidad del sueño, transformamos vidas.
El lema de este año es “Hacer de la salud del sueño una prioridad”. ¿Cómo podemos lograrlo en un mundo con horarios tan exigentes?
La tecnología y el teletrabajo han reducido nuestras horas de sueño. Muchas personas deben adaptarse a horarios laborales que no coinciden con su zona horaria local. Por ejemplo, hay quienes viven en Honduras y trabajan para oficinas en Londres, lo que impacta directamente en su descanso debido a la diferencia horaria. La clave para manejar esta situación es establecer límites claros y seguir rutinas saludables. Es fundamental definir una hora para desconectarse y respetarla rigurosamente.
Además, en lugar de estresarnos durante el tráfico, podemos aprovechar ese tiempo para escuchar música o podcasts relajantes. Si no aprendemos a poner límites, tanto nuestro rendimiento como nuestro bienestar se verán afectados.
¿Qué cambios a nivel social o laboral ayudarían a mejorar la calidad del sueño de la población?
En algunos países, como Japón, han retrasado la hora de ingreso a las oficinas a las 9 de la mañana, lo que ha mejorado el rendimiento de los empleados. Otra estrategia es escalonar los horarios laborales para reducir la congestión vehicular. Además, podrían implementarse siestas de 20 a 30 minutos en el trabajo, lo que incrementaría la productividad y el bienestar de los empleados. El sueño influye en todas las esferas de nuestra vida, y priorizarlo genera empleados más felices y eficientes.
Como experta en el campo de la medicina del sueño, ¿cómo evalúa los avances en la concienciación sobre la importancia del sueño en los últimos años?
En realidad, estamos apenas comenzando. Muchas personas desconocen que existen especialistas en medicina del sueño y que pueden recibir ayuda sin necesidad de medicamentos. Sin embargo, el interés ha ido en aumento. A medida que las personas experimentan los beneficios de dormir bien, buscan más información. Todavía queda mucho camino por recorrer, pero estamos avanzando hacia una mayor conciencia sobre la importancia del sueño para nuestra salud integral.
El estrés y la ansiedad son factores determinantes en los problemas de sueño, ¿qué recomienda usted para reducir su impacto?
Vivimos en una sociedad acelerada y constantemente conectada, lo que hace inevitable experimentar algún grado de estrés. Sin embargo, lo más importante es aprender a identificar qué nos genera preocupación. Comenzar a conocer nuestro cuerpo es clave para abordar estos problemas.
Es fundamental entender que algunas personas tienen una personalidad más propensa al estrés, algo que puede estar presente desde el nacimiento. Esto no se puede cambiar, pero se puede manejar. Cuando el estrés se convierte en un trastorno es cuando empieza a afectar áreas como el sueño, lo cual se convierte en una de las primeras repercusiones de la ansiedad. Si comenzamos a experimentar opresión en el pecho, angustia o una preocupación excesiva, es señal de que la ansiedad está tomando un mayor control, y es entonces cuando debemos buscar ayuda.
Existen dos caminos para tratar la ansiedad: el farmacológico y el no farmacológico. Aunque ambos pueden ser útiles, el tratamiento no farmacológico, como la terapia con un psicoterapeuta, es el más recomendable. Los medicamentos solo se indican cuando la ansiedad alcanza niveles severos.
Lo crucial es evitar llegar a crisis de pánico. Si la ansiedad no se trata, puede desencadenar insomnio, y si el insomnio no se aborda, lo siguiente es la depresión. Actualmente, el país enfrenta una gran demanda de psiquiatras debido al aumento de trastornos mentales, particularmente ansiedad y depresión. Por lo tanto, el secreto radica en identificar qué está sucediendo en nuestro cuerpo y qué nos genera angustia. Si estas sensaciones se vuelven diarias y afectan nuestro sueño, es el momento adecuado para buscar ayuda profesional, en lugar de recurrir a soluciones rápidas o caseras, como las “pastillitas” que otros nos recomiendan.
¿Es recomendable recurrir al uso de suplementos como la melatonina para mejorar la calidad del sueño?
No, la melatonina no da sueño. La melatonina es una hormona que nosotros producimos en la glándula pineal, ubicada en el cerebro, y tiene indicaciones específicas. Se utiliza en pediatría cuando hay trastornos del ritmo circadiano o despertares en la madrugada relacionados con el pico máximo de melatonina. También se usa en adultos mayores y en pacientes con enfermedades neurodegenerativas, como Alzheimer o Parkinson, así como en personas que han sufrido eventos cerebrovasculares o accidentes cerebrales traumáticos. En estos casos, sí hay indicación para su uso, pero tomar melatonina para dormir no es una indicación. No les recomiendo tomar melatonina.
¿Qué hábitos saludables recomienda usted para mejorar la higiene del sueño?
Lo principal es establecer una rutina. Al llegar a casa después del trabajo, es fundamental evitar llevarse el trabajo consigo. Lo ideal es cenar antes de las 7 p.m. y reducir los estímulos luminosos en casa, usando lámparas en lugar de luces en el techo para favorecer la liberación de melatonina. Es recomendable incorporar actividades relajantes, como tomar un baño, estiramientos, meditar o leer, siempre fuera de la cama.
La clave es la consistencia: si mantenemos una rutina diaria, nuestro cerebro se acostumbra y comenzamos a experimentar sueño espontáneo. También es importante crear un ambiente cómodo y seguro en el espacio donde dormimos. En verano, tomar un baño con agua fría, usar ropa ligera o dormir desnudos, y ventilar la habitación puede ayudar a evitar despertares por calor. Las cortinas que controlan la temperatura y las almohadas que regulan el calor también son buenas opciones.
En caso de calor extremo, es útil salir brevemente al exterior para refrescarse antes de retomar el sueño. Sin embargo, es crucial no dejar que la incomodidad del ambiente afecte el descanso, ya que una rutina adecuada puede contrarrestar muchos de esos factores.
¿Qué rol desempeñan los especialistas en medicina del sueño en la promoción de hábitos saludables para un buen descanso?
Es crucial socializar la importancia del buen dormir, ya que nuestro rol es educar a la sociedad sobre cómo el sueño influye en la salud. Necesitamos invertir más tiempo, más espacio, para que la gente sepa que existen enfermedades propias del sueño.
La medicina del sueño es multidisciplinaria, ya que abarca diversas patologías, no solo el insomnio. Existen trastornos del sueño de origen cardíaco, durante el embarazo, en adultos mayores, y pulmonares, que se tratan junto con neumólogos. También involucra a odontólogos y otorrinolaringólogos, así como psiquiatras especializados. Aunque el campo está en crecimiento en el país, estamos avanzando poco a poco en ofrecer una atención integral.
Doctora, para finalizar, ¿qué mensaje le gustaría enviar a los lectores de EL HERALDO y a sus pacientes en este Día Mundial del Sueño?
Les deseo a todos un sueño de calidad. Si no están experimentando un buen descanso, le insto a que invierta en su sueño. Pregúntese, ¿cómo duermo? ¿Cómo me siento al despertar? Y si padece de alguna enfermedad crónica, pregúntese si ronca, ya que esto puede indicarnos posibles causas relacionadas con esas enfermedades. Entonces, lo que yo les pido es que inviertan, que le den un poquito de tiempo a su sueño. Eso es lo que les pido, inviertan en su sueño.
¿Cómo contactar a la doctora Nancy Villatoro?
Para contactar a la subespecialista en Medicina del Sueño, Nancy Villatoro, puede escribir al +504 9763-5184. Su “Laboratorio de Sueño” se encuentra ubicado en el Hospital CADH Especialidades, en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras.
