Crear condiciones de seguridad para la población del Distrito Central es una materia pendiente que las autoridades de la Secretaría de Seguridad se han propuesto aprobar en la presente administración.
La oscura cifra indica que unos 500 mil capitalinos fueron asaltados durante el 2013 y el reporte diario de hasta de cinco asaltos a la semana en las viviendas de cinco barrios y colonias se pretende reducir con la implementación de la Policía Comunitaria.
Según la filosofía de este modelo de seguridad, el agente deja de ser un policía tradicional para convertirse en un miembro activo y proactivo en la comunidad.
El policía comunitario debe pasar por un proceso de capacitación en el que destaca un espíritu de servicio, participación y colaboración en las actividades que se desarrollan en su área de cobertura.
En operaciones
Jaime Flores, coordinador del proyecto por la Secretaría de Seguridad, manifestó que el programa se ejecuta en unos 200 barrios y colonias de la capital.
El jerarca policial considera que la Policía Comunitaria tiene un área de cobertura de 350 kilómetros cuadrados, equivalentes a un 25 por ciento del área promedio del municipio.
A la fecha se han capacitado unos 500 policías y se estima que a finales del 2013 deberán estar especializados en esta rama el 30 por ciento de los 12,000 agentes que laboran a nivel nacional.
Entre los mayores logros obtenidos desde que comenzaron las operaciones de este régimen destacan: la reducción de 19 a 14 homicidios en su área de influencia.
Asimismo se reporta una reducción del 60 por ciento de denuncias ocasionadas por robo de vehículos y a cero por ciento los asaltos a instituciones bancarias.
A juicio de las autoridades, el éxito de la Policía Comunitaria depende de la relación y participación de los agentes policiales con los miembros de la comunidad.
Líderes comunitarios de la colonia Los Llanos destacan la coordinación que hay entre vecinos y policías en este sector.
“Antes le teníamos miedo a la Policía, pero ahora que trabajamos en conjunto la situación ha mejorado. La Policía Comunitaria participa en todas las actividades de la comunidad”, aseguran.
Pobladores de otros sectores como Río Grande aseguran que este modelo de seguridad contribuyó a disminuir el número de jóvenes que consumían drogas y alcohol en las esquinas.
Flores califica los logros obtenidos como significativos, en vista que estimó que aún falta mucho por hacer para ofrecer el sistema de protección que demanda la ciudadanía.
Según la norma internacional de seguridad, en Honduras deberían circular por las calles más de 30,000 policías, sin embargo, la institución apenas dispone de 12,000 uniformados.
Por lo que se estima que en las grandes ciudades del país 1 policía hace el trabajo de 5 y hasta 7 agentes.
Área de influencia
La institución policial resalta la instalación de este proyecto de seguridad en áreas de conflicto como la Flor del Campo, El Molinón, Kennedy, Campo Cielo y Los Llanos.
Además Río Grande y 180 colonias del sur agrupadas en la Unidad Metropolitana de Prevención e Intervención contra el Crimen (UMEP-3).
A esta unidad le corresponde custodiar 1,067 pulperías, 237 salas de belleza y barberías; 273 comedores y casetas; 357 negocios de servicios técnicos, 177 restaurantes y cafeterías; más 2,072 negocios de otros rubros.
No obstante, los jefes policiales confían en que el modelo de Policía Comunitaria crea mucha expectativa en vista que ha generado buenos resultados en países como la República de Chile, Colombia y Japón.
Esto ha motivado a los representantes de la Agencia de Cooperación Internacional de Japón (JICA) a respaldar el proceso de formación de policías.
A la fecha, la organización ha capacitado 150 jefes y directores de policía a nivel nacional, basado en el modelo japonés “KOBAN”, que ha generado excelentes beneficios en el país oriental.
Uno de los principales retos identificados en las jornadas de capacitación es que las autoridades y agentes policiales se deben ganar el respeto de los ciudadanos.
Ciudadela modelo
Pero la visión de este programa va más allá de brindar resguardo a un grupo de colonias y aspira a liberar de la delincuencia a cada comunidad amparada bajo su tutela.
Para lograrlo iniciarán un proyecto para convertir la colonia Kennedy en una ciudadela modelo en materia de seguridad antes que finalice el 2014.
Para ello, la coordinación de la Policía Comunitaria tiene previsto establecer una alianza con la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).
La iniciativa consiste en instruir a 200 estudiantes de las diferentes facultades de la alma máter, para que socialicen las leyes de Tránsito, Policía y Convivencia Social de casa en casa.
Este proyecto de seguridad local deberá iniciar a mediados de 2014 y estar establecido a inicios de 2015.
Todo esto basados en la premisa que la inseguridad no solo es generada por falta de agentes, sino que esta vorágine se tipifica cuando existen cómplices silenciosos como la descomposición familiar, condiciones ambientales y falta de infraestructura.
Para el caso, citaron la falta de alumbrado público, montañas de zacate en áreas y espacios públicos, casas y edificios abandonados, falta de parques y zonas de diversión juvenil.