Tegucigalpa

4,000 jóvenes rescatados del crimen y el riesgo social

Proyecto gestiona alianzas con la comunidad internacional y la sociedad civil para brindar una oportunidad a las personas.

18.03.2013

El crimen, las drogas y la exclusión social son marcas del pasado para unos 4 mil jóvenes capitalinos.

Un nuevo horizonte hacia una vida de esperanza, paz, bondad y trabajo se abrió para estos adolescentes, a través del Programa Nacional de Prevención, Rehabilitación y Reinserción Social.

A través de una máquina láser, estos jóvenes se han borrado el pasado delictivo que llevaban sobre sus cuerpos en forma de tatuajes.

Y es que según expertos en temas de pandillas consultados por EL HERALDO, retirarse un tatuaje es una decisión de riesgo para el rehabilitado.

“Deciden poner su vida en peligro, porque pueden morir a manos de sus antiguos compañeros de pandillas por tener tachados sus tatuajes”, explicó la fuente.

“Están entre la vida y la muerte –enfatizó–, pero tratando de salvar su vida del crimen y el delito”.

En operaciones desde el 2006, la unidad de reinserción social es un ente desconcentrado de la Presidencia de la República que aglutina y coordina los diversos programas y proyectos orientados a rescatar a la juventud.

El programa se concentra sobretodo en las personas vinculadas a maras o pandillas y el objetivo final es reinsertarlos en el mercado laboral.

En ese sentido, el proyecto atiende la prevención y vida saludable, la rehabilitación y reconstrucción humana y reinserción social.

Enoc Padilla, jefe de la Unidad de Reinserción Social, explicó que la última etapa es la más difícil y determinante del programa, tanto para el rehabilitado como para la sociedad.

Según el galeno, deben confirmar el compromiso del individuo para cambiar, porque el 40 por ciento tiende a recaer en el proceso.

Sumado a ello, las nuevas destrezas y conocimientos que los adolescentes adquieren mediante talleres se estrellan contra la muralla del escepticismo de la población.

“Se trata de incorporarlos a la comunidad y al mercado laboral, pero la sociedad en general no está preparada para ellos”, explicó Padilla.