TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Los bares ubicados en el edificio donde ocurrió la masacre, en la que asesinaron al hijo del expresidente Porfirio Lobo Sosa, Said Lobo, y a tres jóvenes más, denunciaron este fin de semana el cierre arbitrario del acceso a sus negocios.
A través de un comunicado, ambos clubes lamentaron la trágica muerte de los jóvenes registrada la madrugada del pasado jueves 14 de julio, en la salida del edificio, y denunciaron que debido al cierre del edificio por parte de la administración del mismo -como circula en redes sociales-, estarían obligados a cerrar sus emprendimientos ya que se vería obstaculizada su operatividad.
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Al menos 48 empleados del restaurante y sport bar Space y otros 35 colaboradores de Indie Lounge quedarían sin fuente de empleo de concretarse el cierre definitivo de ambos locales.
Así luce la escena de la masacre
Las manchas de sangre ya fueron lavadas, las perforaciones en el muro gris producto de las balas ya fueron rellenadas y un tributo floral es lo único que figura en la escena del crimen del asesinato de cuatro jóvenes.
EL HERALDO Plus recorrió el parqueo del edificio comercial del bulevar Morazán donde la madrugada del pasado jueves acribillaron a Said Lobo, su conductor, un sobrino del general en condición de retiro (Romeo Vázquez Velásquez), y un amigo.
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El estacionamiento cuatro del edificio Torre Morazán luce como si no hubiera pasado este condenable acto.
Aunque al consultarles aseguraron no sentir temor, los ojos de los guardias del edificio denotan miedo, pues el eco de lo sucedido sigue recorriendo el parqueo número cuatro de este complejo.
Aunque en Honduras ocurren en promedio masacres cada ocho días, según un análisis hecho por la Unidad de Datos de EL HERALDO Plus, esta marcó la historia porque hasta aquel jueves los registros no tenían el asesinato de un hijo de un expresidente de Honduras.
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