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Turbulento preludio de campaña de Hillary Clinton

Los medios enumeraron este miércoles las zonas de sombra que quedaron sin aclararse.

11.03.2015

Estados Unidos

Hillary Clinton esperaba poner fin a la polémica sobre sus mensajes de correo electrónico, pero la favorita en las primarias demócratas de 2016 dejó varias preguntas sin responder con el consiguiente riesgo de alimentar la controversia y de acelerar los tiempos de su campaña.

La exsecretaria de Estado de Barack Obama respondió el martes durante 21 minutos preguntas de periodistas sobre su uso exclusivo de una cuenta electrónica personal para manejar la diplomacia estadounidense entre 2009 y febrero de 2013, una decisión que dijo lamentar pero cuya legalidad defendió.

Los medios enumeraron este miércoles las zonas de sombra que quedaron sin aclararse.

Una frase sobresalió entre las demás: 'Elegí usar una cuenta de correo electrónica personal por razones prácticas'. Según la exprimera dama, utilizar un único teléfono era más práctica que tener uno para cada cuenta.

'No creo que el aspecto práctico deba pesar más que la seguridad nacional', dijo a la AFP uno de sus potenciales rivales republicanos, el senador Rand Paul.

Hillary Clinton explicó que había elegido para sus comunicaciones oficiales y su correspondencia privada una única dirección privada en un servidor instalado en su casa de Chappaqua, en el estado de Nueva York (noreste), con el nombre del dominio @clintonemail.com, en lugar de una cuenta oficial en .gov.

La mitad de los mensajes fueron clasificados como oficiales por sus abogados, y transmitidos en diciembre para archivarse al departamento de Estado, que los había reclamado.

La otra mitad, de carácter personal, fue suprimida. Es decir unos 30.000 mensajes recibidos y enviados entre marzo de 2009 y febrero de 2013.

- 'Déjà vu' -

El Partido Republicano y los legisladores de ese partido en el Congreso reclaman un análisis independiente por parte de un agente imparcial del servidor de los Clinton para verificar que ninguno de los mensajes borrados tuviera que ver con sus responsabilidades diplomáticas.

En particular están sorprendidos de que ninguno de los mensajes recientemente entregados a la comisión investigadora del Congreso sobre los ataques al consulado estadounidense en Bengasi, Libia, date del viaje de Hillary Clinton a ese país en octubre de 2011, inmortalizado en una foto de la secretaria de Estado en un avión militar leyendo en su smartphone.

Hillary Clinton explicó a fines del mes pasado durante una conferencia de prensa en California que usaba un iPhone y un Blackberry. ¿Es un hábito nuevo tras su partida de la administración o es contradictorio con sus pasadas declaraciones?

En lo que concierne a la seguridad, la exprimera dama y exsenadora explicó que sus servidores jamás estuvieron comprometidos. Cómo estar seguros de eso, pregunta el Partido Republicano. 'No lo puede demostrar', escribe en la prensa Raj Shah, un portavoz republicano.

Más allá de los republicanos, los editoriales de prensa reprochaban a la demócrata la insuficiencia de sus explicaciones.

El diario USA Today le pidió que entregara su servidor a los Archivos Nacionales o al inspector general del departamento de Estado. The Washington Post le reprocha que no haya seguido las recomendaciones oficiales de la administración sobre el uso de una cuenta oficial.

El tabloide New York Daily News hace referencia a un sentimiento de 'déjà vu': 'Clinton tiene demasiado a menudo la costumbre de sustraerse al espíritu de la ley, suministrando explicaciones hábiles y dejando preguntas sin responder'.

La agencia estadounidense Associated Press incluso inició el miércoles una demanda judicial para obtener parte de la correspondencia de la exsecretaria de Estado amparándose en una norma de transparencia y acceso a la información pública.

Los demócratas están sorprendidos de que una dirigente experta como Hillary Clinton, rodeada de los colaboradores demócratas más curtidos, parezca estar improvisando sus respuestas cuando se encuentra con el agua al cuello. Están preocupados además por las consecuencias políticas de la mayor esperanza del partido para suceder a Barack Obama.

'Hubieran podido gestionar el episodio más rápida y más convenientemente desde la semana pasada. Se tomaron demasiado tiempo para responder', dijo a la AFP una fuente próxima al comando de los Clinton.

Resultado: el ingreso oficial en campaña de Hillary Clinton podría anticiparse, tras haberse planificado para entre primavera boreal y el mes de julio. Según el sitio de internet Politico, la entrada en la carrera podría tener lugar en cinco semanas.