Honduras

Ascenso y caída de Tony Hernández: 14 años para caer en manos de EEUU

Las autoridades estadounidenses trabajaron silenciosa y pacientemente 14 años para atraparlo, once meses en enjuiciarlo y declararlo culpable y un año y cinco meses para sentenciarlo

30.03.2021

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La justicia estadounidense completó este martes su largo trabajo y con una sentencia de cadena perpetua más 30 años de cárcel le cortó el camino en el mundo del narcotráfico al excongresista Juan Antonio 'Tony' Hernández Alvarado, hermano del presidente Juan Orlando Hernández Alvarado, cuyo nombre también sonó con fuerza en la Corte del Distrito Sur de Nueva York.

Aquel mundo- de exhibiciones en ferias y rodeos montando briosos caballos obligados a danzar a punta de espuela, la arrogancia que le dio el poder político, el dinero, el traje y la corbata- se terminó de derrumbar este día para Tony; ahora su aventura en el mundo del crimen organizado solo es parte de una historia que en algún momento podría inspirar un narcocorrido.

A pesar que los carteles de la droga que operan en Honduras venían tejiendo finamente sus redes- a punta de bala, usando el poder político, o el soborno a militares, policías, jueces, fiscales, magistrados y empresarios-, en 2004 la DEA detectó que Tony era la punta de uno de los hilos que al halarlo conduciría al centro de una de las más prolíficas estructuras del narcotráfico que viene operando con total impunidad en el país.

El adagio popular hondureño, de que “para que la cuña apriete tiene que ser del mismo árbol”, se cumplió al dedillo en el juicio de Tony, ya que los capos con quien él trabajó fueron piezas claves para que la fiscalía estadounidense convenciera al jurado

El jurado no dudó el 18 de octubre de 2019 en declararlo culpable de los delitos de conspirar para importar cocaína, posesión de armas y dispositivos destructivos, conspiración para posesión de arma y falso testimonio.

Para este juicio, la fiscalía norteamericana había anunciado una lista de testigos, entre ellos un quinto capo de la droga y un exalto oficial de la policía hondureña, para fortalecer la acusación contra Tony frente al jurado, no obstante al final no los utilizó y los dejó para una próxima caso.

Sospechas

El oscuro telón que cubría las andanzas de Tony Hernández en el tráfico de drogas empezó a venirse abajo el 7 de octubre de 2016, cuando la Embajada de Estados Unidos, en Tegucigalpa, en una declaración oficial anunció que investigaba a ocho personas por presuntos vínculos con actividades del narcotráfico y corrupción, entre ellos al narcotraficante Wilter Neptaly Blanco Ruiz y a dos oficiales de las Fuerzas Armadas.

En una segunda declaración emitida el 10 de octubre, la oficina diplomática anunció que tenía bajo investigación a Santos Rodríguez Orellana, en ese entonces capitán de las Fuerzas Armadas .

Ante la advertencia, el oficial militar no se quedó callado y terminó de derrumbar el telón, al acusar a un agente de la DEA de presionarlo para que incriminara a Tony Hernández en el tráfico de drogas.

El oficial se remontó al 14 de agosto de 2014, cuando en un operativo en La Mosquitia capturaron un helicóptero con indicios de droga y que según sus informantes “era propiedad de Tony Hernández y del entonces ministro de defensa Samuel Reyes”.

Rodríguez Orellana rápidamente fue separado- con baja deshonrosa- de las Fuerzas Armadas, contrario a otro compañero que guardó silencio y la institución militar lo protegió y después lo despachó con todos los beneficios económicos.

Horas después de las acusaciones de Rodríguez Orellana, Tony Hernández envió una carta al Congreso Nacional donde decía: 'Lamento que este tipo de información infundada circule a través de los medios de comunicación, sin haberse investigado a profundidad ni tampoco verificado, y que únicamente busca afectar mi imagen pública y buen nombre'.

Luego, el 25 de octubre de 2016, viajó a Miami, según él, a declarar voluntariamente ante las autoridades norteamericanas.

Regresó por la noche muy sonriente y manifestando: “hoy tuve la oportunidad de tener una reunión voluntaria con fiscales y autoridades del gobierno de Estados Unidos a quienes agradezco la oportunidad de evidenciar mi disposición permanente de dar la cara y aclarar lo que corresponda'.

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Conexiones

Tony Hernández cayó en manos de la justicia estadounidense el 23 de noviembre de 2018, cuando fue arrestado en el aeropuerto de Miami. En el video de la entrevista que le realizó un agente de la DEA, tras la captura, Tony se muestra aturdido, nervioso y por instantes arrogante.

Aunque estaba acorralado manifestaba que para dar mejores respuestas quería ver como evidencia más que una fotografía de un kilogramo de cocaína con la marca 'TH', sus iniciales como supuesto sello en paquetes de droga.

Al final, su declaración pretendiendo engañar al agente antidrogas no solo sirvió para que le acumularan el delito de falso testimonio, sino que permitió que los hondureños conocieran de su voz quiénes eran las personas de su mundo y con quienes había tenido contacto.

En medio de su confusión, poco a poco fue desgranando los nombres de Héctor Emilio Fernández (alias Don H), Víctor Manuel Villela o Víctor Hugo Díaz (El Rojo), Mario José Cálix, Toño Frontera (Héctor Antonio Vásquez), Juan Carlos Valenzuela, Carlos Mauricio Toledo (Mani), Samuel Reyes, Orlando Pinto, Los Valle y Los Cachiros.

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Posteriormente, el 2 de octubre de 2019, al iniciar el juicio contra Tony, la Fiscalía de Nueva York continuó destapando la caja de pandora.

La Fiscalía dijo que el narcotraficante mexicano Joaquín “El Chapo” Guzmán le dio personalmente un millón de dólares en sobornos a Tony Hernández, quien posteriormente entregó el dinero a su hermano Juan Orlando Hernández.

El fiscal Jason Richman afirmó que Tony Hernández pertenecía a 'una organización auspiciada por el Estado que distribuyó cocaína durante años' en Estados Unidos.

Reveló que Tony Hernández traficó cientos de miles de kilos de cocaína junto a Alexander Ardón, exalcalde de El Paraíso, Copán, al occidente de Honduras.

Richman destacó que Tony era “intocable” en Honduras debido al acceso tenía a políticos y a su hermano.

Posteriormente en el juicio que duro once días, los narcos Devis Leonel Rivera Maradiaga, Alexander Ardón, Victor Manuel Villela (alias El Rojo) y Josué Chang Moroy hundieron a Tony Hernández. Luego el 18 de octubre el jurado lo declaró culpable.

La corte fijó la sentencia para el 17 de enero de 2020, sin embargo el juez Kevin Castel vino posponiendo la lectura por petición del abogado Peter Brill, defensor de Hernández, quien argumentaba que no había tenido acceso a su cliente.

Quién es Tony Hernández

Nació el 13 de junio de 1978 en Gracias, Lempira. Es un hombre relativamente joven; tiene 42 años de edad.

Es hijo de Juan Hernández Villanueva y Elvira Alvarado Castillo. Tiene 16 hermanos. Registra dos matrimonios, uno con Elba Carlina Hernández Molina y otro con Miriam Vanessa Cruz Sierra. Tiene tres hijos.

Como viene de una familia de filiación nacionalista, desde muy joven comenzó a militar en las filas de este partido.

A inicios del 2000 se graduó como Licenciado en Ciencias Jurídicas y Sociales, laboró como escribiente y receptor en la Corte Suprema de Justicia. Además, fue jefe de la Unidad de Implementación de Registros en el Instituto de la Propiedad (IP).

Los investigadores detectaron que desde que tenía 26 años, en el 2004, comenzó su recorrido en el narcotráfico. Para el 2006 como profesional del derecho y dueño de un restaurante en Gracias ya tenía una relación con 'Don H' y con 'El Rojo'.

Asimismo, había hecho contacto con otros operarios del narcotráfico en el occidente del país y buscaba conexiones con narcos colombianos.

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Como a finales de la década pasada 'Don H' y 'El Rojo' se enemistaron a muerte por el quite de un cargamento de droga, Tony Hernández se quedó del lado de 'El Rojo'. Juntos, según los investigadores, le arrebataron más de 600,000 dólares a 'Don H'. Este capo juró una venganza cruel.

El 1 de diciembre de 2010 Tony Hernández y Juan Orlando Hernández constituyeron la empresa Inversiones del Río Sociedad de Responsabilidad Limitada, para el desarrollo de actividades propiedad de la industria turística hotelera, desarrollo de actividades agrícolas y ganaderas, desarrollo de actividades de tipo inmobiliario, entre otros negocios.

Aprovechando la protección que le daba el poder político de ciertos familiares, Tony Hernández poco a poco se fue involucrando en la política y en la recepción de cargamentos y transporte de droga. Para el 2011 ya era un potente narcotraficante, indican los reportes de las investigaciones estadounidenses

A mediados del 2013, el bufete de Tony Hernández, ubicado en Gracias, defendió al colombiano Rubén Darío Pinilla y al hondureño Jester Orlando Jacinto Miranda, quienes habían montado un narcolaboratorio en la Iguala, Lempira, para procesar cocaína.

Para este tiempo, junto a otros capos de la zona, ya defendía a punta de plomo la ruta que usaban para el tráfico de droga en el occidente del país.

Según el capo Alexander Ardón, Tony Hernández mandó a eliminar a dos narcos rivales, Franklin Yanuario Arita Mata, acribillado el 6 de julio de 2011, y Esvin Javier Escalante Landaverde, ejecutado 5 de febrero de 2013.

En las elecciones generales de noviembre de 2013, Tony Hernández participó como candidato a diputado suplente de Samuel Armando Reyes Rendón, por el Partido Nacional.

Tras una campaña repartiendo alimentos, pelotas y uniformes de fútbol, ambos políticos lograron la curul dentro del legislativo hondureño para el período 2014-2018.

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Aunque Tony Hernández iba como suplente, rápidamente ocupó el cargo de congresista titular, ya que su hermano Juan Orlando Hernández Alvarado -quien había ganado la candidatura presidencial- el 28 de enero de ese año colocó a Reyes Rendón como ministro de Defensa. Seis meses después sucedió la captura del helicóptero en La Mosquitia.

De la labor de Tony Hernández en la cámara legislativa se conoce muy poco. Únicamente se sabe que presidió la Comisión de Desarrollo e Inclusión Social y formó parte de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales.

A finales de 2016, un agente antinarcóticos relató a EL HERALDO que la DEA ya sabía que Tony estaba vinculado a un cartel que toca las más altas esferas del poder político del país, que no solo traficaba, sino que también sobornaba a la competencia para dejarla trabajar con libertad.

Las autoridades estadounidenses trabajaron silenciosa y pacientemente 14 años para atraparlo, once meses en enjuiciarlo y declararlo culpable y un año y cinco meses para sentenciarlo y aplicarle una interminable condena tras las rejas.

La sentencia contra Tony proyecta el comienzo del final de una megaestructura que en Honduras utilizó el poder político para el narcotráfico.