Tegucigalpa, Honduras.- Después de varios meses de un aparente buen funcionamiento del Consejo Nacional Electoral (CNE), en la actualidad se ha vuelto una verdadera hazaña lograr conformar el pleno de consejeros para continuar con el desarrollo del cronograma electoral y llevar a cabo las elecciones, que es el fin supremo.
La puesta a disposición del cargo de la consejera propietaria Ana Paola Hall García supone una irrupción que viene a complicar aún más el entrampamiento que ya arrastraba el ente electoral desde el pasado 7 de julio, cuando colectivos de Libertad y Refundación (Libre), irrumpieron en uno de los edificios del CNE.
Esto se le sumó al comportamiento del consejero propietario Marlon David Ochoa Martínez, quien desistió de seguir acudiendo a las sesiones del pleno, desde que la presidenta del CNE, Cossette Alejandra López Osorio decidió, por mayoría de votos, junto a Ana Paola que la transmisión de resultados tendrían doble verificación.
A raíz de todos los acontecimientos y con la potencial salida de Hall García, del CNE, la legislación hondureña establece en la Constitución de la República, Ley Electoral de Honduras y el Reglamento de Sesiones del CNE, la solución legal a esa crisis.
Posibles escenarios
Uno de los escenarios que se vislumbra ante la eventual renuncia de Ana Paola Hall es el nombramiento de otra persona, designada por el Partido Liberal (PL), instituto político al que pertenece Ana Paola.
De ser así, la propuesta de él o la nueva consejera deberá ser enviada al Congreso Nacional (CN), para que dos terceras de los diputados (la mayoría calificada), es decir, 86 votos, la persona elegida por el Partido Liberal, sea ratificada por el pleno del CN, como lo establece el artículo 27 de la Ley Electoral de Honduras.
Sin embargo, si se toma en cuenta que la crisis que atraviesa el CNE ha sido generada desde el partido Libre, el nombramiento del posible sustituto de Ana Paola Hall sería casi una utopía, ya que sin los votos de los parlamentarios de Libre, sería imposible llegar a los dos tercios.
Si no se pudiera dar la incorporación de un nuevo consejero en reemplazo de Ana Paola, forzosamente tendrían que integrar a uno de los dos suplentes para poder realizar los plenos del CNE y tomar las decisiones en base a ley.
El artículo 12 de la Ley Electoral de Honduras, manda que: para la celebración de sesiones y la toma de sus decisiones, el Consejo Nacional Electoral (CNE) se constituye en pleno con tres consejeros, de los cuales al menos dos deben ser consejeros propietarios; en este caso, Cossette López y Marlon Ochoa.
Es de conocimiento público que los actuales consejeros suplentes Carlos Cardona y Karen Rodríguez -siendo antes del Partido Salvador de Honduras (PSH)- están plegados al partido Libre, situación que tendría una ventaja de dos a uno, contra la oposición política, en este caso el Partido Nacional (PN) y su representante López.
La manzana de la discordia
Expertos en temas políticos son del criterio que la única salida a este desequilibrio institucional en el ente electoral es un acuerdo político entre los tres partidos con más carga laboral o mayoritarios.
El afán del partido en el gobierno tomaría la presidencia del CNE en septiembre próximo cuando Cossette López deba de dejar esa titularidad, y en el papel, entregar al consejero del Partido Liberal, así lo establece el orden de precedencia.
Al renunciar Ana Paola solo quedaría un propietario más, en este caso Marlon Ochoa. La Ley Electoral de Honduras no le da la potestad a uno de los consejeros suplentes para asumir la presidencia del CNE, por lo tanto, el llamado sería Ochoa, situación que el Partido Liberal no pretende permitir.
Con muchas acciones por ejecutar en el cronograma electoral, especialmente, la adjudicación del sistema de Transmisión de Resultados Electorales Preliminares (TREP) (fecha final 29 de julio), el CNE está en una carrera contra reloj para poder llegar a las elecciones generales, aún sin definir la situación de la consejera Ana Paola Hall.
