Tratos diplomáticos
Adornos provenientes del campo siguen siendo el atractivo de la Navidad y conforman la combinación entre lo natural y lo artificial en miles de hogares.
Venaditos y arbolitos elaborados a mano, así como las flores de pascua cultivadas en viveros, dan un colorido impresionante y son un atractivo en los tradicionales nacimientos.
De igual manera, los helechos -que en esta época son vendidos en las afueras de la ciudad capital y en otros puntos del país- son otro elemento importante de las festividades. Los viveros se visten de rojo y en las orillas del eje carretero se puede ver el ambiente navideño.
Lo único que pasó a la historia son los tradicionales árboles que se elaboraban con ramas y se vendían en puntos estratégicos de la capital, principalmente en las cercanías del Estadio Nacional y el barrio La Isla.
Muchos campesinos tratan de mantener las tradiciones y, en vísperas de las fiestas navideñas, comienzan la fabricación de artículos a base de monte.
Solo hay que hacer un recorrido por el eje carretero que conecta a la capital con el valle de El Zamorano para darse cuenta de que los adornos naturales aún se mantienen vivos.
En otros sectores del territorio no se quedan atrás para mantener la tradición, como en la zona sur y en el trayecto a Valle de Ángeles, entre otros.
Colorido de la Navidad
Doña Mery Reyes es una de las personas que inició con la fabricación de renos en Uyuca, carretera que conduce a oriente.
Desde el mes de octubre comienza con la recolección de cutre, un material que se extrae de la planta de suyate y que sirve para cubrir los venaditos, lo que se asemeja a la piel.
También utiliza zacate, espinas y otro tipo de monte para hacer sus venaditos.
A la misma actividad se dedican otras personas como el campesino Juan Ponce, en el sector de Uyuca, quien al igual que Reyes, tiene 10 años de realizar esa actividad.
El campesino Marco Antonio González también muestra sus habilidades con la elaboración de árboles de Navidad a base de paste de cerro y madera, en otro sector de Uyuca.
Otras personas, únicamente, los distribuyen en viveros y en puntos estratégicos de la orilla de la carretera, aunque aseguran que por la crisis económica las ventas se han reducido y sus ingresos no son los esperados. ‘‘Yo fui la primera que empecé a hacer venaditos acá, después se sumaron otras personas”, expresó Reyes.
Los precios de los venaditos oscilan entre 30 hasta los 200 lempiras, dependiendo del tamaño.
Erick Salgado, de los viveros Erick, los mayores productores y proveedores de pascuas en la comunidad de Joya Grande, dijo que la situación económica se ha reflejado en las ventas de pascuas y artesanías, lo que afecta los ingresos económicos.
“Todo este año ha sido malo”, expresó.
Para él, lo que más ha perjudicado es el atraso en el pago de aguinaldos, principalmente, a los empleados públicos, lo que ha reducido las ventas.
A pesar de la situación económica, los artesanos se mantienen en sus puestos de venta en espera de clientes para obtener recursos y comprar lo necesario para las fiestas de Navidad.
