Ellos pueden atestiguar la realidad de la famosa frase “En el mar la vida es más sabrosa”.
Se trata de los hombres, mujeres, niños y ancianos que desde ya han comenzado a disfrutar de la ricura de las playas y balnearios hondureños. Ellos son los mismos que han dejado atrás sus dificultades económicas, el estrés que les provoca el trabajo y el agobio de la crisis.
Desde el pasado fin de semana estos sitios veraniegos han comenzado a verse abarrotados de personas que lo único que buscan es diversión pura.
Son alrededor de dos millones de nacionales y extranjeros los que han comenzado a movilizarse por todo lo largo y ancho de la nación. El norte, el sur, el este y el oeste del país ya están recibiendo a todos aquellos que encontraron en las vacaciones de la semana mayor la posibilidad de darse un merecido descanso.
Las autoridades de socorro han hecho un reiterativo llamado a la población para que tanto en balnearios como en playas y piscinas se observen las medidas de precaución necesarias, especialmente con niños.