Honduras

El sur y oriente de Honduras se preparan para enfrentar la sequía

El represamiento y la perforación de pozos son las medidas adoptadas por las municipalidades para evitar que la población se quede sin agua

21.01.2020

CHOLUTECA, HONDURAS.- Las potentes corrientes del caudaloso río Choluteca se desvanecieron y apenas un hilo de agua corría entre miles de piedras que quedaron al descubierto con la reducción del caudal durante el verano de 2019.

Las altas temperaturas, la deforestación y el uso desmedido del recurso provocaron que más de 84 mil personas a las que abastece Aguas de Choluteca, a través del líquido que capta del afluente, se vieran afectados con severos racionamientos.

El triste escenario al presenciar el río convertido en piedras encendió las alarmas entre las autoridades, obligándolas a tomar acciones preventivas para que este año la situación no se vuelva a repetir, por lo que se creó el comité antisequía.

LEA: Dictan auto de formal procesamiento contra alcalde de Choloma

Es así que en el marco de un acuerdo con las empresas agroindustriales que hacen uso del agua del río para sus plantaciones se decidió crear bordas de contención dentro de la cuenca del afluente y así retener la mayor cantidad de agua posible y evitar que la misma termine en el Golfo de Fonseca.

La iniciativa ha permitido que actualmente se cuente con unos 300 mil galones de agua retenidos en el sector de Galerías, sitio de donde capta el líquido Aguas de Choluteca para su potabilización.

“Con el aumento del caudal en esta zona del río se ha logrado incrementar la potabilización del recursos en unos 14 mil galones por minuto, unos 6 mil galones más que lo producido hace una semana”, explicó Wilberto Reyes, jefe de operaciones de Aguas de Choluteca.

El funcionario comentó que de llevar un ritmo similar de potabilización, se podría llegar hasta el mes de mayo con agua suficiente para dotar a los habitantes del casco urbano.

Mejora

La iniciativa implementada por el comité antisequía en Choluteca ya había sido aplicada con anterioridad por las autoridades municipales de San Lorenzo y Nacaome, quienes han enfrentado una crisis de agua similar a la de Choluteca, con la diferencia de que las corrientes del río Nacaome son controladas por la represa José Cecilio del Valle, desde donde se abastece de agua a las comunidades.

“Anualmente hemos invertido entre 600 mil y 650 mil lempiras para el mantenimiento de la borda la cual nos permite mantener agua en caso de emergencia”, explicó Juan Carlos Paredes, jefe de servicios básicos de la municipalidad de San Lorenzo.

Paredes anunció que la borda actual que se tiene en el río será modernizada y funcionará de manera permanente.

A través de recursos financieros donados por la Cooperación Suiza, mediante el proyecto de Gobernanza Hídrica Territorial, se construirá un dique en el sector de la boca toma de agua en la planta potabilizadora de El Tular a fin de mantener un espejo de agua permanente en el sitio.

VEA: Políticos que llegaron a la presidencia de Honduras sin un título universitario

En el proyecto se invertirán más de cinco millones de lempiras, teniendo una contraparte municipal de más de 1.2 millones de lempiras.

“La medida nos permitirá mejorar el acceso al agua en la planta de El Tular, ya que nosotros somos los últimos en utilizar el agua del río Nacaome y en muchos de los casos resultamos ser los más afectados con las medidas que toman las autoridades en la cuenca alta del afluente”, declaró el entrevistado.

Las medidas de mitigación implementadas en el sur difieren de las acciones que se están realizando en Danlí, en la zona oriental, donde el 95 por ciento del abastecimiento de agua se realiza a través de 10 pozos.

“Se tiene contemplado invertir recursos económicos para perforar un nuevo pozo, el cual nos permitirá ampliar la cantidad de personas que dotamos de agua en la ciudad y reforzar la cantidad de líquido que obtenemos de los pozos ya existentes”, explicó Yessica Rodríguez, directora de Aguas de Danlí.

El equipamiento del pozo tendría una inversión de al menos dos millones de lempiras, sumado al costo de perforación que se determina al medir la profundidad del mismo.

La comunidad cuenta con 8,800 abonados y beneficia de manera directa a unos 52,800 personas.

Foto: El Heraldo