El gobierno de El Salvador
formalizó ayer la compra a Chile de 10 aviones de combate Cessna A-37 Dragonfly, de fabricación estadounidense, que estarían llegando a ese país vecino en el primer trimestre de 2014.
El convenio fue suscrito por el embajador de Chile en El Salvador, Renato Sepúlveda, y el ministro de la Defensa Nacional de El Salvador, general David Munguía Payés.
El costo de los 10 aviones es de ocho millones de dólares, más 570,000 dólares para el traslado desde Chile.
La compra se produjo en medio de la controversia generada por las pretensiones salvadoreñas sobre la isla Conejo, que históricamente ha pertenecido a Honduras y que ni siquiera estuvo en disputa en el fallo de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de 1992.
El ministro Munguía Payés dijo en conferencia de prensa que la compra se hará con fondos del presupuesto del Ministerio de la Defensa Nacional y que el convenio de compraventa es parte de la cooperación bilateral en materia de defensa.
Los aviones son de los años 60 y fueron usados por Estados Unidos en la guerra de Vietnam, pero Munguía Payés defendió el buen estado de las naves.
Agregó que la compra incluye la adquisición de repuestos que van a garantizar que los aviones trabajen en forma óptima.
Según el militar, si se les da un buen mantenimiento, los aviones tendrían una vida útil de 10 a 15 años.
Las aeronaves se utilizarán en el combate al narcotráfico, el terrorismo, el crimen organizado, el tráfico de armas y la trata de personas.
El ministro agregó que con estos aviones “la fuerza armada de El Salvador mejorará sustancialmente el control de nuestro espacio terrestre, marítimo, aéreo e insular nacional”.
Recientemente reveló que El Salvador solo cuenta con cuatro aviones militares, los que aseguró están deteriorados.
Munguía Payés negó que la compra de los aviones esté relacionada con el reciente conflicto limítrofe surgido con Honduras
por la posesión de la isla Conejo y afirmó que El Salvador buscará resolverlo por la vía diplomática.
Semanas atrás el secretario de Defensa salvadoreño consideró a Honduras como una amenaza por el poderío de la Fuerza Aérea que actualmente cuenta con ocho aviones F-5.