Con una bandera nacional, otra de la Iglesia Católica y varios candados en los portones, un grupo de feligreses se tomó la iglesia ubicada en este municipio como una medida de presión para que autoridades eclesiásticas trasladen a otro lugar al párroco de la iglesia.
Se trata del padre Esteban Guzmán Quintero, sacerdote que lleva 11 años a cargo de la parroquia Santiago Apóstol, a quien le acusan de haber incorporado matices políticos a sus sermones como sacerdote.
La mañana de ayer, el grupo de personas tomó la determinación de cerrar la iglesia y además cerrar la casa parroquial.
Óscar René Cortés, miembro del movimiento que se hizo llamar Por la Recuperación de la Iglesia de Lepaera, aseguró que “este es un problema de hace años, este cura ha venido a relegar a la gente de la iglesia solo porque no tiene el mismo pensamiento de él”.
Cortés aseguró que muchos feligreses consideran que Guzmán Quintero “ha tomado la iglesia como un campo para hacer política, él ha sido dirigente del Partido Libertad y Refundación (Libre), y solo porque hay gente que no encaja con sus ideas ha sido expulsada de la Iglesia Católica”.
Cortés aseveró que el párroco “ha sacado gente hasta de los bautizos, de los casamientos, han expulsado la gente de todos los sacramentos. Y eso es con lo que empezó. Como feligreses esto nos molesta, porque a la iglesia va todo tipo de gente de cualquier partido político y no podemos estar con alguien que está totalmente reclinado con un solo sector, porque se margina a un grupo de la población”, añadió.
“Ahora tenemos un municipio que está completamente dividido, que hasta en las mismas familias hay división y esto no puede seguir así”, indicó el exvicealcalde de Lepaera.
Responden los Libres
En horas de la tarde, el grupo de seguidores del padre Esteban se congregó al lado de la iglesia para abrir las puertas de la casa parroquial y darle la bienvenida al sacerdote que llegó al municipio luego de una jornada de evangelización.
El sacerdote, quien aseguró que aún es párroco de Lepaera, negó las acusaciones y aseguró que lo único que ha criticado son las “injusticias sociales”.
“Se ha manejado que la iglesia está dividida, eso no es así, usted puede ver que aquí está la gente de la pastoral, les abrí la casa cural a ellos y eso no les gustó. Cuando vine hace 10 años no les gustó que la gente humilde estuviera aquí”, indicó.
“Aquí hay un grupo que dicen que son católicos, así lo han dicho y no es verdad, de ese grupo unas 8 personas serán católicas y son unas señoras que han prosperado en la fe y que las respeto mucho, el resto son empleados de la alcaldía”, aseveró.
Según el párroco, la noche del miércoles fue sorprendido cuando regresó de sus labores y encontró la iglesia tomada y la casa parroquial con candados.
Según el padre Esteban, “no hablo de política, hablo de la palabra de Dios y la doctrina social de la iglesia. Yo no hago mal en decir que hay que cuidar lo esencial de la vida, qué de malo hay de hablar de eso”, cuestionó.
Al ser cuestionado sobre si acataría la orden de moverse a otra parroquia, el sacerdote aseguró que “con tal se siga el procedimiento del derecho canónico lo haría”.
En caso de que lo muevan, le preguntaría a monseñor Darwin Andino ¿cuál es la causa grave y el delito canónico que cometí?”
Por su parte, Darwin Andino, obispo de la Diócesis de Santa Rosa de Lima, indicó a medios radiales que “la Iglesia tomará cartas en el asunto, pido la calma a la comunidad porque la violencia engendra violencia y la gente tiene que guardar la cordura. Le pido a Dios que las cosas se arreglen de la mejor forma, porque el sacerdote no puede imponer la fuerza, él debe obediencia”.