Tegucigalpa, Honduras.- Lo que nació como una estrategia para fortalecer el turismo interno se ha convertido, con el paso de los años, en una ventana para la salida masiva de hondureños hacia el extranjero.
La Semana Morazánica, creada en 2014 para dinamizar la economía nacional y promover el conocimiento del país, ya no cumple plenamente ese objetivo, reconocen autoridades del sector turístico, quienes coinciden en que es urgente replantear este feriado nacional.
Durante la reciente Semana Morazánica, miles de hondureños aprovecharon el asueto para viajar fuera del país.
Los pasos fronterizos con El Salvador, especialmente El Amatillo, registraron largas filas de vehículos y turistas que buscaban destinos en playas, montañas y ciudades del vecino país.
Al mismo tiempo, aeropuertos y terminales aéreas reportaron un incremento notable de pasajeros hacia México, República Dominicana y Colombia.
Según Andrés Ehrler, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Honduras (Canaturh), esta tendencia debe llamar a la reflexión.
“Esta semana fue creada con el fin de fomentar el turismo nacional, pero sin una estrategia de promoción y atracción adecuada, los hondureños con capacidad económica optan por salir al exterior”, explicó.
Ehrler sostiene que la falta de planificación, el débil mercadeo interno y la ausencia de incentivos han provocado que el gasto turístico se fugue a otros países, afectando directamente a los pequeños empresarios del turismo rural, de naturaleza y aventura, que son los que más dependen del movimiento interno.
“Si no hay una estrategia conjunta entre gobierno y sector privado, el feriado no cumple su propósito y pierde sentido”, añadió.
La realidad se refleja en las cifras. Mientras los destinos turísticos salvadoreños lucieron abarrotados, varios hoteles en zonas rurales hondureñas reportaron niveles de ocupación más bajos de lo esperado.
A esto se suma el impacto del clima y la situación económica de las familias, factores que, según Canaturh, influyeron en las decisiones de último momento de muchos viajeros.
Ehrler también plantea que es momento de evaluar un nuevo formato para el feriado.
Una de las propuestas es dividir la Semana Morazánica en tres fines de semana largos, lo que permitiría distribuir mejor los flujos turísticos, estimular distintas regiones y facilitar el movimiento interno sin paralizar completamente la economía por varios días.
“Tal vez sea necesario repensar el modelo actual. Hay que buscar una fórmula que realmente motive a los hondureños a recorrer su propio país”, indicó.
Además, el presidente de Canaturh advierte que la promoción del turismo interno no puede limitarse a los días del feriado. Requiere de una política pública sostenida, inversión en infraestructura vial, seguridad y capacitación para los operadores locales.
Solo así se logrará recuperar la esencia de esta semana que alguna vez representó esperanza para miles de comunidades rurales.
La Semana Morazánica fue una apuesta para que los hondureños conocieran su territorio, apoyaran la economía local y se fortaleciera el sentido de identidad nacional.
Hoy, más de una década después, el reto es rescatar ese espíritu original y convertir nuevamente el feriado en un verdadero motor de desarrollo, no en una oportunidad para que el turismo y el dinero hondureño se vayan fuera del país.
Al país vecino
Por su parte, Wilson Paz, director del Instituto Nacional de Migración (INM) explicó que durante este feriado los hondureños viajan en gran cantidad a El Salvador, y que durante agosto miles de salvadoreños vienen a Honduras.
Según el reporte de Migración, en premio 7,000 personas diarias pasaron por la frontera de El Amatillo, para hacer un total de más de 21,000 entre miércoles, jueves y viernes.