'El artista', la muda declaración de amor del francés Michel Hazanavicius al cine estadounidense, recibió de Hollywood la más bella de las respuestas, al convertirse en el primer filme no anglosajón de la historia de los Oscar en triunfar como mejor película.
La cinta muda y en blanco y negro fue la gran ganadora de la noche al llevarse el Oscar a mejor película en la 84a edición de los premios de la Academia, además de otras cuatro estatuillas, entre ellas la de mejor director, mejor actor para el francés Jean Dujardin, mejor vestuario y mejor banda sonora.
Su productor, Thomas Langmann, dijo recientemente a AFP que Steven Spielberg en persona le había dicho que hacer hoy en día 'una película muda y en blanco y negro era imposible en Hollywood'.
La partida tampoco fue fácil en Francia, pero el sistema hexagonal de financiamiento de la película, además de la perseverancia de Langmann, permitió finalmente reunir los 12 millones de dólares necesarios para rodar la película en Hollywood, el lugar donde transcurre la acción.
'Para mí, era imposible realizarla en otra parte: porque se desarrolla en Hollywood, tenía que estar allí. Michel no se atrevió a pedírmelo, pero si hacíamos esta película, era condenar la excelencia' filmarla en otra locación, explicó el productor.
Pero esta 'carta de amor' a Hollywood -como la calificó Hazanavicius la noche de su victoria en los Globos de Oro- habría podido quedarse en letra muerta si el distribuidor estadounidense Harvey Weinstein, 'el gran mago' de los Oscar y genio del marketing, no hubiera decidido cobijarla bajo su ala.
'Harvey Weinstein hizo un trabajo increíble', dijo recientemente el cineasta a AFP. 'Una vez que (Weinstein) concibe una estrategia, realmente consigue los medios para ponerla en práctica. Y la campaña por los Oscar forma parte de su plan para que la película tenga éxito'.
Si bien la película puede jactarse de haber recaudado la nada desdeñable cifra de 24 millones de dólares en la taquilla estadounidense -aunque seguramente es menos de lo que esperaba Weinstein-, fue sobre todo su éxito entre los profesionales, y en particular dentro de la industria de Hollywood, lo que la hizo destacarse.
Ya antes numerosas películas habían rendido homenaje al cine estadounidense, pero ninguna había recibido una acogida tan calurosa. Tal vez sea una señal de los tiempos y del período que atraviesa actualmente Hollywood.
En efecto, es difícil no ver en el destino de George Valentin (Jean Dujardin), el héroe del filme -una estrella del cine mudo que debe reinventarse tras la llegada del sonoro-, un paralelismo con la época actual.
Con la supremacía de la película digital, el creciente avance de las cintas en 3D y la irrupción de internet, Hollywood debe adaptarse a una revolución tan grande como la que significó el paso del cine mudo al cine sonoro.
De cierta manera, 'El artista' (The Artist) le da algo de esperanza a la industria (¿o de ilusión?) de que existe la posibilidad de un 'final feliz'.
Porque en el filme, luego de tocar fondo y acercarse a la muerte por no enfrentar la realidad, Valentin remonta la cuesta con la ayuda de una de sus antiguas admiradoras, Peppy Miller, que se ha convertido en una estrella del cine sonoro y con quien culmina una perfecta historia de amor.
En un período de incertidumbre, los miembros de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas -fundada en 1927, el año en que comienza 'The Artist'- se vieron tal vez tentados a mirar nostálgicamente el pasado.
Casualidad o no, mientras Hazanavicius volvía su mirada amorosa sobre Hollywood, el estadounidense Martin Scorsese rendía su homenaje al cine francés en 'Hugo', contando la historia de un pionero del séptimo arte, George Melies.
Pero al contrario de 'El artista', que imita exactamente el cine mudo como se hacía en los años 1920, 'Hugo' fue realizado con los medios más modernos. Y a sus 69 años, el maestro estadounidense se dejó seducir por primera vez por... el cine en 3D.
