No fue la cantidad esperada de aficionados, pero los que llegaron estuvieron a la altura de una gran final, donde se destacó el orden y la tranquilidad entre los aficionados.
Madres y padres cargando a sus hijos e hinchas con los colores de uno y otro equipo se dieron cita en el coloso de cemento para presenciar el juego de ida.
Los aficionados se ganaron un diez, pero al final los equipos los decepcionaron al terminar con un pálido 0-0 que no deja nada claro.