Las limitaciones no existen para Rosaura Santos Argueta, quien a sus 42 años ha logrado superar todo tipo de obstáculos.
Rosaura es una mujer emprendedora y valiente, madre de tres niños, a quienes sostiene sola, pues no tiene compañero de hogar.
Cada día se levanta muy temprano y a las 5:30 AM está esperando una resma de periódicos para venderla en los mercados capitalinos.
“Yo camino ambulante, vendo los periódicos en el mercado Álvarez, Colón y el mall Las Américas”, dijo Santos.
La jornada de venta se extiende hasta las 3:00 PM de lunes a sábado, relató la entusiasta mujer.
Una década
Santos Argueta cumplió ya 10 años de cargar y distribuir la información a los capitalinos y las personas del interior del país que llegan hasta los mercados, para comprar sus provisiones, mercadería para revender o bien a comer. Rosaura es canillita de EL HERALDO, quien con la venta diaria de los periódicos ha sacado adelante a sus tres hijos, pues es una madre soltera.
Dos de sus hijos ya están en la escuela: Norman Santos, el mayor, tiene 12 años y este año finaliza su educación primaria.
José Santos tiene 10 años y va a quinto grado. Pedro es el menor, tiene 6 años y es quien acompaña a Rosaura todos los días, ambos se acompañan en una ciudad de más de un millón de habitantes.
“Pedro en realidad es mi sobrino, pero yo lo estoy criando, es como si fuera mi hijo”, explicó.
él es quien se encarga de guiar a su madre por dónde caminar, quien le indica si puede cruzar o no una calle, pues su progenitora es no vidente.
Esta condición no hace que Rosaura se detenga y se quede en casa o pida en las calles por su limitación física.
Ambos, luego de su jornada de trabajo, -a las 3:00 de la tarde terminan la venta de EL HERALDO- se dirigen a su casa de habitación en la populosa Reyniel Fúnez, al sur de la capital.
Un descuido
Esta emprendedora mujer es la tercera hija de cuatro hermanas. Ella junto a sus hermanas emigraron de su natal Siguatepeque, Comayagua, desde hace 20 años, desde entonces residen en Tegucigalpa.
A criterio de una hermana de Rosaura, Álida, fue un descuido de los padres que ocasionó que ella perdiera el sentido de la vista.
“Ella estaba en preparatoria cuando perdió la vista, ella nació normal, pero usted sabe, los papás a veces se descuidan y más allá, afuera”.
Continuó diciendo que “dice mi papá que perdió la vista después de una fiebre que le dio, tenía como 6 añitos”.