A su máxima potencia, el Rubén Deras sigue estando a varios kilómetros de distancia de las exigencias de Primera División, aunque el itinerario prefijado para el equipo de Zona pudo revelar la agresiva mano de obra a la que ha sido sometido el estadio, desde antes que el hijo predilecto de la zona, Atlético Choloma, ascendiera a la Liga Nacional, en enero de 2011.
Se aumentó el aforo...
Existen sus pros y sus contras. Por ejemplo, a un costo de 2.8 millones de lempiras se construyó la gradería de Sol Sur (en la parte trasera de una de las porterías), pero los sentaderos no son de cemento, sino de canaleta, una pesada lámina que, a una temperatura de 30 grados, produce un recalentamiento que hace prácticamente imposible la comodidad de un aficionado. Hay espacio para dos mil personas y es donde se ubica la barra local.
“El club pagó a los trabajadores y otra parte del proyecto que, por cuestión tiempo, se decidió hacer de canaleta.
Pero se tiene planeado fabricar una gradería moderna donde está la vieja (Sol Este, actualmente con capacidad para dos mil 600 personas, donde se ubica la barra visitante)”, explica Óscar Muñoz, gerente de la Comisión de Instalaciones Deportivas Municipales de Choloma (Cidemuch), gerenciadora del estadio ubicado a pocas cuadras del parque central.
Confort a medias...
Poco a poco, las comodidades irán llegando a una instalación que no marcha acorde a la realidad de la tercera ciudad más poblada de Honduras, sobre todo cuando se lanza una mirada superficial por la grada de Preferencia (a la que se le cambió el techo hace un año), la más antigua de un estadio que tiene terreno subutilizado y que debe su nombre a un familiar de Jorge el Burro Deras, exjugador de Marathón; en esta zona de Preferencia, donde se tiene planificado levantar en 2013 lo que vendría a ser Preferencia Oeste, se ubican las dos viejas cabinas de radio (una para HRN y otra para Radio América) y dos de televisión (para Canal 11), que se encargarán de transmitir desde hoy el fútbol rentado.
Remozados los pequeños camerinos para los clubes, el estadio cumple con los requisitos mínimos que pide la Liga Nacional. Cada habitación (para 25 personas) posee un aire acondicionado de tipo mini split, 11 duchas, bancas, pizarras y camilla para masajes.
Saliendo de los dos locales, una mirada hacia arriba localiza el mejor de los sitios para ver un partido en este escenario: el VIP construido por la dirigencia del Choloma para dar cabida a los presidentes de los clubes e invitados especiales. Se edificó en el ascenso y cuenta con servicio y lavamanos.
Está claro que solo es para la clase pudiente.
Que comience el show...
Choloma recibirá esta noche a Vida, por la primera fecha del Torneo Apertura, y la grama que el alcalde Leopoldo Crivelli ordenó remodelar cuando el Toro jugaba en la Liga de Ascenso, cambiando las medidas a 110 metros por 90 y corriendo el engramillado Bermuda 10 metros en dirección del sector de Populares, está a la espera de recibir las primeras pisadas del semestre; se gastó seis millones de lempiras aquella vez y “el drenaje se puso nuevo antes del ascenso y con la empresa Disagro se firmó un contrato para que se encargue de los fertilizantes, limpieza y corte”, declara Óscar Muñoz, mientras se activa el sistema de riego automatizado, de ocho válvulas y 24 aspersores, que mantiene la hoja con su color natural.
El presupuesto no da para más y aunque hay un sueño de ver el estadio cerrado a pura gradería y con pista olímpica de tartán, el proceso se ve muy difícil de cristalizar gracias al poco presupuesto gubernamental; mientras llega el día de ver un remozado Rubén Deras, la comunidad exige mejores baños y sorteos atractivos (según la encuesta hecha por Liga Nacional) para abarrotar un estadio propio de fútbol burocrático que, a paso de tortuga, empieza a mejorar...
Los árbitros tienen su corredor privado
Una de las primeras exigencias que cumplió Cidemuch para que la Liga autorizara los juegos de Primera División para el torneo que inicia esta noche, fue la construcción de un muro de seguridad que divide el tránsito de los árbitros, desde su camerino hasta el inicio de la cancha.
Tras el bochornoso acto que protagonizó el expresidente del Choloma, Javier Hernández, en octubre de 2011 (se introdujo al campo y agredió a un juez central), los tocapitos decidieron no pitar en esta ciudad mientras no reforzaran las medidas de seguridad.
“Se ha renovado la caseta de arbitraje”, asegura Juan Ramón Flores, administrador del Rubén Deras, “y donde antes había malla ciclón, se construyó una pared a base de bloques para que nadie tenga acceso al paso de los hombres de negro.
Ellos tienen ahora su portón privado y, además, sus duchas y servicios sanitarios nuevos”, sentencia Flores, quien conoce al dedillo el estadio...