Tegucigalpa, Honduras
Ante la vasta competencia en los mercados de empresas que se dedican a ejercer la misma labor, es un fin completamente necesario el tener y atreverse a emprender nuevas y mejores ideas que se adapten a los gustos actualizados de los clientes.
Desde cómo se ve en su aspecto el producto o servicio hasta la manera de venderlo al cliente o a una persona que viene asociándose con la marca, son, en teoría, los nuevos retos que tienen que enfrentar las empresas activas en el mercado.
La razón es simple: con tantas opciones a mano, el público se vuelve cada vez más exigente y cada vez más exclusivo en cuanto a selecciones se trata.
Es entendible que las audiencias busquen lo mejor entre las mil opciones, y es allí donde se encuentra la necesidad de emprender e innovar en la empresa como tal.
¿Cómo hacerlo? Un importante empresario y analista de Latinoamérica dijo en una ocasión que “los clientes no son lo primero, los empleados son lo primero; si se cuida de ellos, estos cuidarán de los clientes”.
No significa que los clientes no importen en sí, si no más bien a lo que se refería el autor de la frase es algo que tiene su lógica: si un empleado está muy bien incentivado va a buscar hacer más allá por la empresa porque velará por los beneficios de ella e innovará en las maneras de cómo mantener y atraer clientes a beneficio
