Tegucigalpa, Honduras.- El camino que conduce a la aldea El Lolo, en Comayagüela, se ha convertido en un lodazal tras las recientes lluvias en la capital. Zapatos y artículos de hogar aparecen semienterrados a lo largo de la vía.
La calle lleva años en pésimo estado y, pese a las constantes quejas, las autoridades no han atendido la problemática, obligando a los pobladores a soportar diversas incomodidades.
Cuando no llueve, el tránsito vehicular levanta grandes cantidades de polvo; y en temporada de lluvias, la carretera se convierte en un río de lodo que dificulta la circulación y afecta directamente a las viviendas situadas a sus orillas.
“Señor alcalde, por favor, ayúdenos con la pavimentación de la carretera a la aldea El Lolo de Comayagüela”, pidió Luis Flores, residente de la zona.
Agregó que “nunca nadie se ha interesado por este sector”, por lo que, cada año, la situación de la carreera empeora y los pobladores siguen sufriendo las consecuencias.
En 2024, la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC) aseguró que, una vez finalizada la construcción de la salida a Olancho, comenzarían con la pavimentación de toda la calle de El Lolo.
La idea era que esta vía sirviera como ruta alterna para los miles de conductores que entran y salen de Olancho todos los días; de esta forma, el tráfico disminuiría los enormes tráficos que se forman en el lugar.
En ese momento, el proyecto contempló una pavimentación de 3.63 kilómetros de calle, desde la Mundial, hasta el desvío de la aldea Cerro Grande.
Dentro de la obra también se prometió instalar alumbrado público, mejorar el acceso al Instituto Técnico Luis Bográn y lo mismo para la rotonda.
Sin embargo, la construcción de la salida a Olancho está paralizada y la calle de El Lolo en igual o peor estado y sus vecinos sin esperanzas de comenzar el nuevo proyecto.
Esta situación también afecta a los vecinos de la colonia Dulce Nombre de Jesús, que está ubicada antes de llegar a El Lolo.
Los residentes de ambas zonas se mantienen sobreviviendo en el lodo y la incertidumbre de si algún día verán sus calles de tierra convertidas en concreto.