El júbilo se manifestó en el rostro de Juan René Cruz al recibir su diploma de Administrador de Agronegocios este fin de semana.
Pese a que los golpes de la vida le hicieron creer en algún momento que su anhelo de graduarse de la universidad era inalcanzable, nunca abandonó sus anhelos. Resulta difícil creer que el muchacho de 21 años que mostró un semblante alegre, es el mismo que dio a conocer su historia, ahogado en llanto, hace cuatro años a través de EL HERALDO.
Este año logró alcanzar una beca en el lugar donde siempre soñó: La Escuela Agrícola Panamericana El Zamorano.
La sexagésima séptima promoción del campus universitario, fue el marco donde el sueño de Juan René se cristalizó, gracias a la bondad de las almas solidarias que conocieron su historia.
“El título se lo dedico a mi madre en el cielo y a las personas que me ayudaron cuando más lo necesitaba”, expresó el joven.
Juan René, confía en que su progenitora, Orbelina Mairena (QDDG), compartió desde la vida eterna la misma felicidad.
Por su desempeño recibió, además de su título un reconocimiento por su disciplina estudiantil de manos del ministro de Agricultura y Ganadería, Jacobo Regalado.
Ahora enfrentará la vida con el arma de su profesión, para sacar adelante su familia y honrar el país que lo vio nacer y convertirse en un hombre de bien.
Como él mismo reconoce: “siendo mensajeros de paz, aspirando a la excelencia, con un espíritu emprendedor y una actitud positiva en la vida, se pueden lograr nuestros sueños”. Y él es el mejor ejemplo de ello.
Una vida de retos
La historia de Juan René se escribe con la tinta de la solidaridad y el sacrificio.
El joven tuvo que abandonar sus estudios en la Universidad Nacional Agrícola (UNA), de Catacamas, Olancho, cuando su madre recayó presa del cáncer cervical que padecía.
Y como buen hijo, se dedicó en cuerpo y alma al cuidado de su progenitora.
Entre el personal del hospital San Felipe se hizo conocido por sus prolongadas vigilias en la sala de espera y es así como su historia llegó a los oídos del personal de este rotativo, en enero de 2009.
El muchacho, con intensas lágrimas corriendo por su rostro, imploró durante una entrevista por un trabajo que le ayudara a sobrellevar los gastos de su hogar.
Sin embargo, con la publicación de su devastadora historia, las autoridades de El Zamorano decidieron otorgarle la beca completa que tanto anhelaba.
Mientras tanto, los capitalinos desbordaron solidaridad con ayuda hacia la familia.
Quince días después de ingresar a la universidad, el destino le arrebató a su madre, pero nunca los sueños.
Los méritos académicos y disciplina de Juan René le abrieron camino para realizar su práctica profesional en la empresa distribuidora de lácteos Kibbutz Yotvata, en Israel.
El ahora licenciado en Administración de Agronegocios desprende gratitud en cada una de sus palabras. El título no le quita el aura de humildad y ahora se prepara para engrandecer a Honduras con su trabajo.