Tegucigalpa, Honduras.- Años de historia desaparecieron en menos de 30 minutos a causa del incendio en la avenida Cervantes. El local de Chinda Díaz y otros siete negocios fueron consumidos por las llamas.
"Qué pesar, era bien rico ir a comer en esos restaurantes", "Yo siempre venía a comprar tamales aquí", "Qué lástima ya no poder venir a comprar pan; aquí todo el mundo venía a eso", comentaban capitalinos consternados.
Algunos se preguntaban qué ocurrirá con los negocios afectados, lo que generó rumores sobre una posible demolición del histórico lugar, sin embargo, esta posibilidad fue descartada por las autoridades de la Alcaldía Municipal del Distrito Central (AMDC).
"Se va a hacer un trabajo de reconstrucción que esperamos sea mínimo, porque este es un edificio histórico y patrimonio de la ciudad. La idea es que la demolición afecte lo menos posible", explicó José Mendoza, gerente del Comité de Emergencias (Codem).
Aunque las estructuras quedaron severamente dañadas, las autoridades aseguraron que están buscando la forma de conservar los puntos esenciales del edificio, entre ellos Chinda Díaz.
"Ya estamos trabajando con Antropología e Historia, junto con la Gerencia del Centro Histórico y la de Turismo. El objetivo es coordinar esfuerzos para la reconstrucción de este edificio patrimonial", puntualizó Mendoza.
¿Qué tan antiguo es el edificio que se incendió?
El edificio, que incluía a Chinda Díaz y otros locales, no era una construcción reciente. Según el arquitecto y dueño Roberto Emilio Argueta, contaba con más de tres siglos de existencia.
"Es una tristeza profunda. Este era un patrimonio de mis tías y mi padre, que en paz descanse. La casa es más antigua que la Catedral", lamentó Argueta.
Según la historia familiar, el edificio servía como lugar de descanso para el padre Chilo Zelaya, quien lideró la construcción de la Catedral. "Él dormía aquí mientras supervisaba la obra cada mañana", contó Argueta.
El incendio representa una pérdida incalculable para la familia, tanto por su valor económico como histórico. "Es algo irreparable", expresó.
Pese al desastre, Argueta y su familia mantienen la esperanza. "Primero Dios, lograremos conservar al menos la fachada. Un amigo arquitecto en Washington me dijo que allá restauran muchas edificaciones antiguas respetando la arquitectura original", compartió.
Aunque existen diversas ideas para rescatar el edificio, las decisiones finales dependerán de las autoridades competentes y de la voluntad de la familia.
Respuesta de las autoridades
Ernesto Soto, arquitecto de la Gerencia de Turismo, detalló: "La orden inmediata del alcalde, cuando aún había llamas, fue restaurar lo antes posible la fachada de Chinda Díaz, por su valor histórico".
“Es parte de la cultura de la capital. ¿Quién no ha ido a Chinda Díaz a comerse un tamal? Es una prioridad", afirmó.
No obstante, Soto aclaró que deben esperar dictámenes del Instituto de Antropología e Historia (IHAH), de los bomberos y del Centro Histórico para comenzar la restauración.
Una vez aprobados los lineamientos, se priorizará la recuperación de las fachadas y posteriormente se planteará una restauración integral del edificio.
"Hemos restaurado edificaciones en peores condiciones. Sí es posible preservar este inmueble como testimonio histórico", concluyó Soto.
Por ahora, el futuro del inmueble queda en manos del IHAH y de la AMDC, aunque la demolición no está contemplada en los planes.