Un estudiante de secundaria y un zapatero se convirtieron en víctimas de la violencia al ser ejecutados a balazos la tarde del viernes en el anillo periférico, a la altura de la colonia Centroamérica Oeste.
Los infortunados fueron raptados por hombres armados en la colonia Arnulfo Cantarero López y diez minutos después aparecieron acribillados a balazos, sin que los cuerpos de investigación policial conozcan los móviles del doble crimen.
Uno de los fallecidos fue identificado por familiares como Kevin Alexander Perla González, de 17 años, residente en la colonia Smith, quien cursaría el último año de educación comercial en el Instituto Central Vicente Cáceres.
La otra víctima mortal respondía al nombre de Sergio Rolando Ramos Scafe, de 18 años, de oficio zapatero y panadero, quien tenía su domicilio en la colonia Arnulfo Cantarero López.
Un equipo de la Sección de Homicidios de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC) inició las pesquisas de rigor en el lugar de los hechos con el fin de establecer el móvil e identificar a los asesinos.
Relación de hechos
Dolientes relataron que Ramos Scafe recibió un curso de repostería en el Instituto Nacional de Formación Profesional (Infop) y que se dedicaba a la elaboración de donas para ganarse la vida.
En horas de la mañana salió con su amigo Perla González a vender el producto y alrededor de las 2:00 de la tarde que habían terminado su actividad fueron interceptados por maleantes no identificados, quienes se los llevaron a pie por la orilla del anillo periférico con las manos amarradas para atrás.
Residentes salieron atrás de los captores a una distancia prudencial, pero antes de llegar al desvío a la Centroamérica escucharon los disparos, luego localizaron los cadáveres de los infortunados.
Los cuerpos sin vida quedaron en la orilla de la calle y en la escena varios casquillos de bala.
Mientras tanto, los autores materiales del doble crimen se dieron a la fuga, supuestamente, en un vehículo que los esperaba en el lugar, según reveló un agente policial.
Familiares de las víctimas llegaron a la escena del crimen a los pocos minutos de haber ocurrido el rapto y rompieron en llanto al verlos sin vida tendidos en el suelo.
La Policía confirmó que los asesinos se llevaron las prendas de valor que portaban las víctimas como teléfonos celulares y el dinero, entre otros.
Los parientes de los malogrados jóvenes aseguran que desconocen las causas por las cuales les quitaron la vida, ya que no se metían en problemas con nadie.
La señora Orfilia González Reyes, madre de Kevin Alexander, expresó entre el llanto que su hijo le pidió permiso para salir a vender donas con su amigo Sergio Rolando, pero que jamás se imaginó que encontraría la muerte.
Relató que su vástago estaba preocupado porque no tenía dinero para comprar los cuadernos y los otros materiales, razón por la cual le manifestó que iría a vender donas con su amigo.
Los agentes de la DNIC asignados a la investigación del caso trataban de formularse una hipótesis en torno al hecho criminal, así como identificar a los criminales.