El Ministerio Público, a través de la Fiscalía de la Niñez, pedirá que se apliquen penas máximas para tres personas implicadas en los delitos de proxenetismo,
trata de personas y violación especial, que operaban en Comayagua.
Los capturados han sido identificados como Juan Ángel García Velásquez y Selena Banegas Matute, ambos hondureños, y Rennie Christopher Glenn, de Estados Unidos.
Nora Urbina, fiscal de la Niñez, explicó que, junto a una unidad especializada contra la trata de personas que funciona en el país, se han realizado investigaciones relacionadas con trata para fines de explotación sexual de mujeres y niñas.
A raíz de estas averiguaciones, el martes se realizó un allanamiento a una vivienda ubicada en la colonia 21 de Abril, de Comayagua, pues se contaba con información preliminar clasificada, con la que se logró la captura de García Velásquez y Banegas Matute, contra quienes se emitió requerimiento fiscal.
“En el requerimiento que hemos presentado se ha incluido a Rennie Christopher Glenn, un ciudadano norteamericano quien también está involucrado de acuerdo con las investigaciones”, aseguró Urbina.
De acuerdo con las pesquisas realizadas por las personas que participaron en el allanamiento, la forma de operar de los integrantes de la banda de proxenetas “era captar mujeres y niñas de diversas regiones del país, bajo engaños y promesas de matrimonio”.
A las mujeres que reclutaban les ofrecían trabajo como domesticas y eran llevadas a la casa propiedad de Glenn,
donde eran explotadas sexualmente, enfatizó Urbina.
“También se maneja información de que en la casa se fabricaba pornografía con las víctimas, de tal manera que tenemos tres delitos, por lo que el requerimiento fiscal va por tres delitos”, aseguró la entrevistada.
El Ministerio Público considera que “hay suficientes elementos para que el lunes 17 de marzo de 2014, día en que se realizará la audiencia inicial de los dos imputados, se dicte un auto de formal procesamiento” en contra los hondureños capturados el día martes 11 de marzo de 2014.
De comprobarse la culpabilidad de ambos, el Código Penal establece que la pena por trata es de 22 años y medio, debido a que es un delito agravado puesto que hay menores entre las víctimas.
Por violación especial la pena es de 15 a 20 años y el delito de pornografía tiene una pena de hasta 15 años, lo que implica que en total sería de 57 años para los acusados.
“Siempre sostenemos que el principio de inocencia se mantiene y que será un tribunal el que a través de un juicio oral y público va a determinar si son culpables o inocentes”, aseguró.
El ciudadano norteamericano Rennie Christopher Glenn está detenido en Estados Unidos, pues cumple una pena por haber cometido otro delito.
Las leyes de Estados Unidos permiten que sean sancionados los procesados que hayan cometido este delito en cualquier lugar del mundo.
A causa de esta situación, la orden de captura que ha sido librada en contra Glenn será llevada al gobierno de los Estados Unidos para que el imputado pueda responder por el delito de trata de personas.
Las investigaciones establecen que Glenn tenía unos dos años de entrar y salir de Honduras.
El estadounidense acusado fue aprendido días atrás en su país de origen, por lo que los cargos se le van a imputar en Estados Unidos.
Siguen las investigaciones
Las autoridades del Ministerio Público no han querido dar mayores detalles sobre el caso de proxenetismo en Comayagua, pero consideran que “hay una obligación por parte del Estado de manera responsable para proteger a las víctimas.
Tampoco se ha querido referir si hay más personas implicadas porque “es una investigación que es preliminar y podrían surgir más implicados, por lo que el MP estaría obligado a ampliar la acusación”.
Julian Hernández, vocero de la Secretaría de Seguridad, dijo que la investigaciones sobre este caso “continúan y van por buen camino”.
Aseguró que se investigan otras personas que son miembros de familias de Oriente Medio propietarios de almacenes y ferreterías en Comayagua, que estarían involucradas en la red de explotación sexual.
El jefe de la Dirección Nacional de Investigación Criminal (DNIC), Leandro Osorio, aseguró que equipos de esa unidad policial realizan una serie de diligencias en conjunto con expertos de la Embajada de Estados Unidos en el caso de proxenetismo identificado en la ciudad colonial.
El oficial reveló que trabajan en el caso para ejecutar otras capturas, pero prefirió no profundizar en detalles para no entorpecer las investigaciones.
Confió que del proceso investigativo no excluye a familiares de las menores de edad que han sido víctimas de los proxenetas capturados.
En las investigaciones, dijo, “no podemos descartar nada”.
Delitos transnacionales
Por su parte José Ruelas, director de Casa Alianza Honduras, explicó que desde hace más de diez años ha venido denunciando que el problema de proxenetismo existe en el país.
A las autoridades les costaba creerlo, pero poco a poco se dieron cuenta que existe en Honduras y en el mundo, pues el delito de la trata es el tercer delito más lucrativo en el planeta, ya que mueve alrededor de 32 mil millones de dólares al año.
“Los niños y las niñas son vulnerables a ser víctimas de la trata y nos alegra que las autoridades hayan podido capturar a estas personas y en ese sentido nos damos cuenta que este delito es transnacional”, dijo Ruelas.
“Estas son redes bien organizadas que tienen mucho dinero y utilizan a los niños como mercancía, pues a los menores que son usados los tratan como algo que se vende y se compra, no les dan libertad, les quitan los papeles y pierden contacto con la sociedad” enfatizó el director de Casa Alianza.
“El Ministerio Público reportó que solo en los meses de enero y febrero estaban en investigación cien casos y este es un delito que por ser transnacional, como el tráfico de drogas y de armas, los países unen sus esfuerzos... y en ese sentido el Departamento de Estado de Estados Unidos ha estado muy pendiente de este problema”, dijo.
En el delito de trata de personas los niños son engañados y, a veces a la fuerza, son privados de libertad, aislados del mundo... es una forma de esclavitud moderna, prosiguió.
“En este delito las personas son tratadas como si fueran un objeto de venta y viven en condiciones paupérrimas que no son dignas de un ser humano”, reiteró.