Acomodado en su banco de trabajo, con formón en mano, buril, gubia y martillo (herramientas de trabajo) al lado inicia su trabajo Nelson Quiñones, artesano del tallado.
En su taller destacan las obras en madera con formas religiosas y emblemas patrios.
Y es que con sus manos logra transformar pedazos de madera en figuras del Cristo de la Misericordia, biblias, cuadros y placas con el Escudo Nacional.
Sus trabajos son apetecidos dentro y fuera de las fronteras nacionales, ya que varios compatriotas que residen en Estados Unidos le han solicitado trabajos exclusivos.
Con su labor ha logrado sostener a sus dos hijas y esposa, además de generar empleo para otras personas.
Según Quiñones, aunque a nivel local su trabajo no es bien remunerado, siempre logra comercializar sus obras.
En la ciudad de Catacamas, sitio donde reside Quiñones, funcionan más de 20 talleres de la madera, en su mayoría afiliados a la Asociación de Servicios Múltiples Catacamas Limitada (Asmucal).
El presidente de la Asmucal, Douglas Romero, explicó que los artesanos siempre buscan aprovechar la madera siempre que haya sido cortada de forma legal.
Y es que han comprendido que no pueden contribuir con el corte ilegal ya que están a favor de proteger el ambiente.
“La mayoría de los trabajos que se desarrollan en los talleres son a base de pedidos locales, pero al igual se sueña con exportar”, dijo Romero.
La producción mensual estimada en la comunidad es de unas 100 piezas entre puertas, artículos decorativos y de uso doméstico.
Por cada taller se generan cinco plazas laborales, en total unos 100 empleos permanentes.
Otro de los centros de procesamiento de la madera es el local que sostiene Benjamín Flores, quien se distingue por elaborar diminutas piezas.
En su catálogo de piezas que saca para la venta aparecen lapiceros, fruteros, joyeros y diferentes formas que cautivan a los visitantes.
Los costos varían según el tamaño y trabajo de cada obra.
“Para nosotros ha sido provechoso conformar la asociación ya que nos mantenemos unidos y buscamos siempre que la madera que adquirimos sea legal”, dijo el entrevistado.
De acuerdo con Flores, la ayuda ha sido escasa, en especial del gobierno, lo único que han recibido fue el apoyo del Proyecto para el Desarrollo Microempresarial de Personas Pobres e Indígenas (Prodemin).
A través de la esta iniciativa los microempresarios de la madera de Catacamas obtuvieron 281,000 lempiras en maquinaria.
“Esto ha sido el aporte más significativo que hemos recibido”, expresó Flores.
Ventas locales
En el departamento de Olancho la carpintería, sastrería y talabartería son ocupaciones que han sido heredadas por generaciones.
Al igual que otras zonas del país se carece de estadísticas globales que permitan conocer cuántas personas se dedican a la elaboración de artesanías.
En el municipio de Juticalpa funcionan 28 talleres de carpintería, los que suplen con sus productos a los negocios de muebles.
El ebanista Santos Raudales ejerce esta labor desde 1950 y durante décadas se ha encargado de formar a decenas de jóvenes.
De acuerdo con el entrevistado, en la comunidad se pueden observar puertas que elaboró allá por 1956.
Los carpinteros de la comunidad añoran fundar una zona especial donde ofrecer su trabajo.
También presentaron una solicitud a la Cooperación Española para exportar sus productos.
El trabajo de Juan Ramón Grijalva es con la talabartería, oficio de gran demanda en la comunidad.
Con el cuero confecciona monturas, fajas y carteras, las que distribuye en el mercado local.
Parque industrial
Otro de los municipios productores de artículos artesanales es Campamento.
En la comunidad están registrados 115 talleres de carpintería, donde se emplea a 480 empleados permanentes.
Los obreros ganan unos 200 lempiras por día.
El producto que se fabrica en la localidad es enviado a San Pedro Sula, Tegucigalpa y El Salvador.
El presidente de la sociedad de carpinteros de Campamento, Cornelio Antonio Portillo, informó que ya cuentan con un estudio para la construcción de un parque industrial.
El terreno al igual ya fue identificado y mide tres manzanas de tierra, el edificio que se pretende construir constará de 44 cubículos, bodegas y hornos para el secado de la madera y oficinas.
También poseen un plan de manejo para el aprovechamiento de 4,000 metros cúbicos de madera de pino en terrenos ejidales.
En los municipios de Guayape, San Francisco de la Paz, Patuca y Manto también se fabrican muebles de madera de calidad.
Cestería
La cestería con la hoja de pino, al igual se ha convertido en una fuente de ingresos para varias comunidades de Olancho.
Con apoyo de las autoridades del Instituto de Conservación Forestal (ICF), varias mujeres de Gualaco, Olancho, fabrican artículos decorativos con la hoja del pino.
Unas 210 mujeres ejercen esta labor, la cual es comercializada a extranjeros quienes se encargan de comercializar las cestas.
En otras comunidades cercanas a la Biósfera del Río Plátano se fabrican guitarras y otros artículos siempre relacionados con la madera, a través de asociaciones comunitarias.