La Paz, Honduras
La pesca con dinamita y la contaminación del agua está acabando con la actividad pesquera en el río Goascorán, a la altura de los municipios de San Juan y San Antonio del Norte, al sur del departamento de La Paz.
El río Goascorán, que sirve de línea divisoria entre Honduras y El Salvador, es amenazado por destructores del ambiente que por años han dinamitado y envenenado el agua, lamentan los pobladores.
Aquí, grupos de personas han sustituido las atarrayas y el anzuelo por dinamita y químicos para sacar los peces, camarones, cangrejos, que en años anteriores eran abundantes.
Nery Barquero es un lugareño que por más de 20 años practicó la pesca artesanal en San Juan, con la cual, durante los meses críticos por la falta de empleo, fortalecía la alimentación de su su familia.
A raíz de la irresponsabilidad de algunas personas y la falta de vigilancia de la municipalidad, desde hace cuatro años la actividad de la pesca disminuyó entre los habitantes debido a la poca cantidad de peces en el famoso afluente.
“Yo pesco desde que tenía siete años, había pescado en abundancia, pero ahora ha ido desapareciendo como los camarones; yo antes agarraba en una noche hasta 18 camarones y ahora no pesco ni uno, ya no hay chacalines, guapotes y otras variedades de peces”, dijo el pescador.
En San Juan hay unos 2,400 habitantes, quienes se beneficiaban del río, ya que también pescaban para vender el producto, convirtiéndose también la actividad pesquera en una fuente de ingreso para decenas de familias.
Ahora la única fuente de ingreso es la ganadería y la agricultura a la cual se dedica un 60 por ciento de los habitantes.
Medidas
La quema y tala de los bosques ubicados a pocos metros del río es otro problema que afecta el afluente, y que ninguna autoridad se preocupa por controlar.
De acuerdo con David Padilla, otro habitante del municipio, se han impulsado actividades de reforestación en el río, pero el corte de árboles continúa sin control.
“Hay mano criminal que no piensa en un futuro. Hemos realizado reforestación, pero también esas áreas han sido destruidas”, declaró.
Padilla declaró que en el municipio se necesita un comité apoyado por las autoridades para vigilar las modalidades de pesca, así como para repoblar el río con especies de agua dulce.
Igual se necesita mano dura por parte de las autoridades para controlar la deforestación que ocurre en la ribera del caudal.
También se debe analizar el impacto que el cambio climático está teniendo sobre el río Goascorán, aseguró