Con luz relampagueante, Alfredo Ríos, 'El Komander', entra en el escenario provocando alaridos de la multitud: él es el representante más popular de una corriente musical aún más cruda que los narcocorridos y está bajo la mira de las autoridades, que la semana pasada le cancelaron un concierto.
'¡Ando buscando al más borracho!', reta 'El Komander' a los espectadores en la Feria del Caballo de Texcoco, una localidad del Estado de México (centro), azotado en las últimas semanas por balceras en bares y apariciones de cuerpos mutilados en canaletas de autopistas.
Ante cientos de manos alzadas que piden a gritos ser elegidas, 'El Komander' selecciona a un hombre de la primera fila, que gustoso levanta la cara y abre la boca para recibir un chorro de la botella del costoso whisky del cantante.
Sus composiciones son más descarnadas que los populares narcocorridos mexicanos, que narran las aventuras de los narcotraficantes.
'Es guapísimo, y me encantan sus canciones, todas; los corridos fuertes y las románticas. ¡Lo amo!' dice extasiada durante el concierto Rosario Martínez, de 18 años.
Iván Pimentel, un comerciante de 31 años enfundado en un traje negro con saco rojo, pulseras y collares de oro, increpa acompañado de su hijo de 10 años: 'nosotros somos fanáticos de los corridos y no entiendo por qué le cancelaron el concierto a 'El Komander', sus letras no son amenaza, la amenaza ya está en las calles de por sí'.
Custodia milimétrica
Alfredo Ríos saltó a la fama como parte del Movimiento Alterado, que nació en 2009 en el norteño estado de Sinaloa, cuna del legendario y recién capturado capo Joaquín 'El Chapo' Guzmán.
Las letras de los cantantes del Movimiento Alterado describen con más detalles y crudeza episodios de narcotraficantes que los clásicos narcocorridos de grupos como Los Tigres del Norte, a los que también se les ha cancelado conciertos en ciudades con altos índices de violencia, como Chihuahua (norte).
Durante el concierto, Ríos, que el año pasado pagó una cuantiosa multa por cantar narcocorridos en una feria de Chihuahua, está custodiado por más de una docena de hombres parados en uno de los extremos del redondo escenario, mientras que un par más lo siguen de cerca cuando se acerca a sus fans.
Un perímetro de seguridad policial rodea desde hace un mes el municipio de Texcoco y otros del Estado de México ante el incremento de la criminalidad en esa demarcación vecina de la capital mexicana. Sólo 130 policías fueron desplazados al palenque, de acuerdo con cifras de los organizadores.
En México, unos 50 intérpretes de narcocorridos han sido asesinados desde 2006, año en el que se disparó la violencia derivada del narcotráfico.
Descarta componer nacorrido para 'El Chapo'
'¿Ahora que detuvieron al 'Chapo', has pensado hacer una canción sobre él?', le preguntan a Ríos durante una conferencia previa a su concierto.
'Como está la cosa ahorita, yo creo que no', responde entre risas que se le desdibujan de tajo cuando se le pregunta si tampoco haría alguna sobre Los Caballeros Templarios, un temido cartel de Michoacán (oeste).
En la discografía de 'El Komander' figuran un corrido sobre el recién abatido Nazario Morenos, alias 'El Chayo', líder de Los Caballeros Templarios que el gobierno había dado por muerto en 2010.
De mirada esquiva, Ríos, un treintañero corpulento que viste pantalones estilo militar, saco negro y una playera con la inscripción 'Armani Exchange', insiste en entrevista con la AFP que sus letras sólo reflejan la violencia del narcotráfico que padece México desde hace al menos 10 años.
'Yo canto canciones de 'party y fiesta' (...), no voy a ir contra la leyes, si decidieron que no vaya a un concierto pos no voy y ya', dice relajado.
Ríos tenía programado un concierto el 11 de abril en una feria de Cuernavaca, en el estado de Morelos (centro), donde la criminalidad está en aumento, pero el viernes pasado fue cancelado después de que el gobierno estatal considerara que 'El Komander' hace 'apología de la violencia'.
'Yo no apologié (sic) a nadie, mi música es música solamente (...) mis letras no me las traje del espacio, ni de Marte; eso es lo que hablamos los mexicanos', insisten Ríos, que cobra alrededor de 25,000 dólares por concierto en los que se pueden adquirir collares con diminutos fusiles AK-47.
La crudeza de sus canciones también se traduce en sus videos. En el clip de su canción 'Mafia Nueva', Ríos interpreta a un adicto opulento que, en una especie de ensoñación, aparece sentado en un escritorio copado por montañas de polvo blanco que también está espolvoreado en su cara y pecho, mientras juega con una pistola.