No hay esperanzas de un nuevo comienzo en la quebrantada residencial Ciudad del Ángel, al norte de la capital de Honduras.
La Comisión Permanente de Contingencias (Copeco), reiteró este martes que las viviendas dañadas por una falla que atraviesa el proyecto y las que aún se encuentran en pie, deben ser demolidas, con el objetivo de reforestar la zona considerada inhabitable.
Un estudio realizado en diciembre de 2013 en Ciudad del Ángel establece que en el sector existe un 'alto riesgo ante deslizamientos para polígonos limitados', lo que impediría que el lugar siga siendo usado para la construcción o rehabilitación de viviendas.
'Esta zona no va a poder ser habitada nuevamente, probablemente no pueda ser reconstruida, sino que se recomienda que sea reforestada', indicó Magaly Montero de Copeco.
La experta insistió en que 'ya no se puede hacer nada más técnicamente, lo que continúa es hacer una demolición de lo que queda de las casas que ya fueron destruidas y las que aún permanecen en pie y donde hay personas habitando, pues ahí continúa la segunda parte del plan que corresponderá a la evacuación de estas personas'.
En un comunicado difundido esta tarde, Copeco apunta que 'por el alto riesgo que genera el deslizamiento en la colonia Ciudad del Ángel, la Alcaldía Municipal del Distrito Central, se comprometió a declararla hoy zona inhabitable, luego de una reunión en la Comisión Permanente de Contingencias con el comité interinstitucional que incluyó a representantes de las Fuerzas Armadas, la Policía Nacional, el Cuerpo de Bomberos, la Secretaría de Infraestructura y la Cuenta del Milenio'
Una vez que la declaratoria sea publicada en el Diario Oficial La Gaceta, el desalojo de Ciudad del Ángel deberá efectuarse a más tardar en 15 días.
Para la próxima semana está programada una nueva reunión en la AMDC, con el fin de definir los pasos a seguir y la identificación del presupuesto necesario para la demolición de unas 80 viviendas y el retiro del relleno que provoca peso sobre las fallas geológicas activas.
Alrededor de 30 familias continúan habitando la zona en espera de una indemnización que les permita movilizarse a un nuevo hogar, mientras el proceso legal sobre la compensación a las familias afectadas sigue abierto.
Los vecinos cuyas casas todavía no han sido afectadas por el derrumbe se niegan a abandonar el sector, mientras Copeco ordenó hace unos días el cierre de parte del anillo periférico que comunica la CA-5 con el sur de la ciudad, como medida de prevención ante el continuo deslizamiento de tierra.
