Nadie es profeta en su tierra, reza un viejo y conocido refrán, y la historia del hondureño Franklin Erazo Ordóñez (QDDG) así lo demuestra.
El próximo 18 de diciembre cumplirá dos años de haber fallecido en Estados Unidos, donde por su labor y entrega a la comunidad las autoridades de Miami, Florida, bautizaron una de las calles de esa ciudad con el nombre del compatriota, se trata del bulevard Franklin Erazo.
Franklin nació en San Marcos de Colón, Choluteca, un 23 de febrero de 1963 y falleció, a los 46 años, el 18 de diciembre de 2009.
Este connacional emigró a inicios de los años ochenta hacia el norte, con la ilusión de encontrar un mejor futuro en una tierra diferente a la que lo vio nacer, pero que lo vería morir.
Desde su llegada a Estados Unidos, relatan sus familiares, no solo se dedicó a trabajar y a establecer una familia, sino que fue un líder comunitario muy apreciado.
Su aporte a la comunidad donde residía le sirvió para que los líderes que lo acompañaron en la lucha por una mejor convivencia ciudadana le rindieran homenaje póstumo.
'Su trabajo le valió el reconocimiento de sus amigos, quienes después de su muerte quisieron realizarle un homenaje al colocar su nombre en la calle que pasa frente a su casa; este es un honor que los estadounidenses realizan solo a personas que se destacan en sus comunidades', informaron sus familiares EL HERALDO.
La dirección de la calle que lleva su nombre es 19265 NW, 52nd Place, 33055, Florida.
Sus hijas Shajeana Erazo, de 24 años, y Christina Erazo, de 22, luego de la instalación del apreciado rótulo, contemplan con orgullo las letras blancas que yacen sobre la lámina de metal, color verde, donde aparece el nombre de su padre.
Para ambas jovencitas es una muestra de la labor que desempeñó su progenitor, así como el resto de los vecinos.
El homenaje póstumo
La iniciativa de convencer a las autoridades de Miami de efectuar la distinción la tomó la asociación de vecinos, luego de la muerte de Franklin.
Las autoridades del país del norte consideraron la hoja de vida del hondureño, que aparte de ser líder comunitario fue reservista del Ejército de Estados Unidos.
Franklin dedicó muchos de sus años al servicio de la comunidad como presidente de la asociación de vecinos y como traductor del inglés al español de la Iglesia Pentecostés, puestos desde los que logró varios proyectos comunitarios en el área de la educación, deporte y seguridad ciudadana.
Meses antes de morir Franklin firmó un contrato para la donación de sus órganos, los que fueron depositados en un banco de órganos de un hospital de Fort Lauderdale, Florida, después de su triste fallecimiento.
Franklin siempre se caracterizó por estar dispuesto a sacrificarse por el bien común, por ser entregado a su familia ante todo y por ser un humano poco o nada egoísta.
Su vocación de servicio logró unir a las comunidades negra, latina y blanca para realizar el homenaje y reconocer su trayectoria comunitaria.
Pero Franklin no solo se destacó como excelente padre, esposo, hermano, hijo y líder comunitario, también fue un excelente profesional de la ingeniería. A inicios de la década de los 90 egresó como ingeniero en diseño industrial de la Universidad de Nueva York.
Trabajó por casi una década en varias empresas en Nueva York y Miami. En 1999 fundó la empresa American Precision Inc., que se dedica a la fabricación de piezas para la aviación, la marina y la industria.
Hoy el nombre de Franklin no solo ha sido inmortalizado en el letrero de la calle en la que vivía, también en el corazón de todos los que lo conocieron.