Tegucigalpa, Honduras.- En el marco de las restricciones anunciadas por el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos para los migrantes, el canciller de Honduras, Eduardo Enrique Reina, anunció el lanzamiento del programa “Hermano, vuelve a casa”.
El programa, que será puesto en marcha por el gobierno en los próximos días, contempla la entrega de un bono solidario, el esquema de apoyo de un programa alimentario y el inicio de estrategias para brindar empleo masivo a los connacionales que sean deportados.
No obstante, pese al anuncio, diversos sectores han cuestionado la viabilidad del programa, ya que señalan que el problema migratorio no se resolverá mediante un programa que el gobierno no podrá cumplir, sino con el cambio de las políticas diplomáticas con Estados Unidos, dejando la confrontación.
“Me parece que la única forma para impedir que vengan estas deportaciones masivas, porque son ellos los que detienen la economía, es fortalecer la diplomacia. Hay que acabar con el discurso confrontativo, hay que acabar con denigrar o desprestigiar a la embajadora y al gobierno de Estados Unidos”, sugirió el analista Héctor Pérez.
Continuó: “El gobierno no va a tener la capacidad para garantizar una vacante o un bono, hay más de dos millones de hondureños allá, si ahorita el gobierno está trabajando con déficit”.
Durante su homilía dominical, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez subrayó que “esas remesas llegan marcadas por el dolor, por la angustia, por el sufrimiento y debemos apreciarlas, no simplemente deben ser despilfarradas, peor todavía en politiquería”.