El presidente de El Salvador, Mauricio Funes, enviará una carta con la posición de su gobierno sobre
isla Conejo
a la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
Con esta acción el vecino país pretende responder a la ofensiva diplomática anunciada el miércoles por las autoridades hondureñas ante los infundados reclamos salvadoreños sobre la posesión de la isla Conejo.
Funes anunció ayer que enviará el lunes (mañana) una carta a la ONU en la que el gobierno de El Salvador
sentará su posición sobre el islote que nunca estuvo en disputa y que históricamente ha sido parte del territorio hondureño.
El pasado miércoles el gobierno de Honduras decidió, en el seno del Consejo Nacional de Defensa y Seguridad,
iniciar gestiones internacionales para garantizar el cumplimiento de la sentencia de la Corte Internacional de Justicia de La Haya de 1992.
Esta ofensiva fue adoptada luego de que el vecino país oficializara la compra de 10 aviones de combate Cessna A-37, adquiridos en Chile, en medio de la controversia por la isla Conejo, ubicada en el golfo de Fonseca.
La sentencia de 1992
define la frontera terrestre, insular y marítima entre Honduras y El Salvador. El fallo únicamente resuelve la disputa por las islas Meanguera, Meanguerita y El Tigre, mientras que Conejo no fue incluida en virtud de que siempre fue considerada hondureña.
Tras la sentencia, el gobierno de El Salvador interpuso un recurso de revisión, el cual fue rechazado por la
Corte Internacional de Justicia, quedando por sentado que todo estaba dicho respecto a los límites de cada país en el golfo de Fonseca.
De esta manera la isla Conejo ha sido ratificada en dos ocasiones como hondureña, han dicho los expertos en derechos internacional de la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“Nosotros estamos agotando los medios de la conciliación, estamos enviando una carta al presidente (secretario general) de la ONU (Ban Ki-moon), donde nos ponemos nuestra posición sobre la isla Conejo, informando que Honduras está ocupando militarmente la isla”, dijo ayer el presidente de El Salvador.
Funes volvió a negar que la compra de los aviones de guerra haya tenido que ver con la controversia sobre la isla Conejo, pues sostuvo que la adquisición fue realizada con el propósito de hacerle frente al narcotráfico.
“Estuviera o no amenazada la soberanía de la isla Conejo, siempre se hubieran comprado estos aviones. La compra tiene que ver con el combate a la narcoactividad y el presupuesto sale de los mismos fondos del ministerio de Defensa”, indicó.
Ofensiva
El presidente Porfirio Lobo anunció que una misión hondureña viajará a Estados Unidos en las próximas horas a exigir el cumplimiento de la sentencia de La Haya de 1992.
La representación regresará al Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York
y acudirá además a la Organización de Estados Americanos (OEA) para poner al tanto de las pretensiones salvadoreñas a la comunidad internacional.
Cabe mencionar que Honduras ya había solicitado en octubre de 2012 la intervención del Consejo de Seguridad de la ONU para garantizar el cumplimiento del fallo de 1992 ante una serie de percances con las navales de Nicaragua y El Salvador en el golfo de Fonseca.
Y es que históricamente ambos países centroamericanos han pretendido desconocer los derechos de Honduras sobre la zona, al extremos que se movilizaban embarcaciones artilladas para impedir a la naval hondureña la salida al mar.
Además de las visitas a la ONU y la OEA,
el gobierno anunció que llamará a los embajadores de los países miembros ante el Consejo de Seguridad y que están acreditados en Tegucigalpa, a una reunión para presentarles el contenido del fallo de La Haya.
“No entendemos el interés del presidente Lobo de recurrir a OEA (Organización de Estados Americanos) y a las Naciones Unidas por un conflicto que podemos resolver”, manifestó ayer Funes.
El pasado viernes el presidente Porfirio Lobo lamentó el desinterés y la falta de voluntad de Nicaragua y El Salvador para establecer un esquema de explotación conjunto en el Golfo de Fonseca.
La protesta de El Salvador inició tras la ceremonia del izamiento del pabellón nacional en la isla Conejo.
En medio de los reclamos, el ministro de Defensa salvadoreño, David Payés, reconoció que no podían defender la isla
debido la falta del equipamiento militar del que disponía el ejército.
Sin embargo, días después, anunció la compra de 10 aviones a Chile combate Cessna A-37 Dragonfly, que fue oficializada el viernes 1 de noviembre y generó mayor tensión
entre los dos países.
A raíz de esta compra, se reunió el Consejo de Defensa y Seguridad, el cual determinó que Honduras iniciará la ofensiva diplomática, mientras el presidente Lobo aseguró que 'no vale la pena pensar en un conflicto bélico en el Golfo
de Fonseca'.
La compra de aviones por El Salvador es parte del proceso de equipamiento aéreo en Centroamérica, mientras que Honduras recibirá seis helicópteros artillados donados de Estados Unidos
para fortalecer la lucha contra el narcotráfico.