Honduras

La Navidad y el Año Nuevo de los más necesitados

Esta humilde y trabajadora mujer ha encontrado en medio de su pobreza un espacio para celebrar la Navidad y para despedir el 2012 esperando que el próximo sea un mejor año.

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07.04.2014

Frente a la adversidad, sin perder el espíritu navideño y mientras aguarda pacientemente la llegada de 2013, Isabel Rodríguez, a sus 57 años de edad, se gana la vida en un contenedor de basura.

Ella se desempeña diariamente reciclando toda clase de desechos en la zona sur de Tegucigalpa, los que vende para sobrevivir y sostener a sus siete hijos.

Arduo trabajo

“Tengo 8 años trabajando duro y no tengo salario, todo lo que hago es para pasarla, lastimosamente tengo que pagarle a otra persona para trabajar en este lugar”, lamenta la humilde, pero trabajadora mujer.

Desencajada y con un rostro marcado por el sol, Isabel Rodríguez ya es inmune a la basura, a casi una década de trabajar en medio del insoportable hedor, ella asegura que lo hace para que sus hijos tengan qué comer.


“Aquí realmente no sé cuánto hago de dinero a diario porque lo voy gastando para comprar comida”, comenta.

Esta señora viste y calza a sus hijos de la basura y de esta forma consigue los “estrenos” para sus pequeños. Isabel mencionó que sus siete hijos están en la escuela.

“Me da pena, pero soy una familia pobre y a mis otros familiares no les agrada que trabaje con la basura, pero no tengo otro trabajo”.

En el mismo lugar en donde trabaja Rodríguez, también tiene una pequeña casa de habitación fabricada con tablas que ella misma consiguió, puesto que la casa que poseía hace catorce años, la perdió en el huracán Mitch.

“Los perros me ayudan”

“Yo paso aquí trabajando con mis perros, son varios y a veces me toca curarlos cuando se enferman”, recordó sonriente Isabel. La recogedora de basura describe que es como una veterinaria porque asegura que sus mascotas nunca la dejan sola y la ayudan a mantenerla segura.

Sus perros la quieren mucho, en especial un labrador al que llama “Negro”. Ella describe que lo cuida desde que era un cachorro. Así mismo posee una perra a la que llama “Princesa” y narra que es muy obediente.

“Mis perros están acostumbrados a estar conmigo en este lugar lleno de basura y en donde me gano la vida”, asegura.

En ocho años, Isabel ha desarrollado el espíritu de la paciencia y la esperanza, a través de sus largas esperas para que automóviles repletos de basura lleguen a botar sus desechos y así Isabel los recoge y luego los vende.

El bono 10 Mil

Pese a que el programa del bono 10 Mil Urbano está beneficiando a miles de familias en el Distrito Central, Isabel Rodríguez pocas veces lo ha recibido.

Sin embargo, Isabel no pierde la esperanza que el nuevo año será mucho mejor, y así pueda gozar de un retiro digno tras haber tenido largos años de digno y arduo trabajo.

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