Para Blanca Munguía, coordinadora de Transformemos Honduras, “ya es hora” de que el gobierno y la dirigencia “cedan en sus posiciones” por el bien de la educación.
Munguía analizó el alto nivel de tensión que existe entre las autoridades de la Secretaría de Educación y la dirigencia magisterial desde hace cinco meses y aconsejó “sentarse a las mesas del diálogo”.
Esta Organización No Gubernamental (ONG) está vinculada al tema educativo, realiza investigaciones, hace seguimiento de proyectos y sugiere recomendaciones para mejorar el sistema.
Para esta analista, “hay mucho en juego” en medio de este pleito.
Debido a eso es que pidió “cordura” y “sensatez” a ambos bandos que se han enfrascado en una guerra abierta y estéril.
Desde octubre del año anterior el gobierno y los seis colegios magisteriales rompieron el diálogo. Desde entonces las tensiones han crecido drásticamente.
El ministro de Educación, Marlon Escoto, se comprometió a poner orden en el sistema y en ese sentido ha suspendido las licencias a unos 18 dirigentes magisteriales y quitó la retención de las aportaciones a los colegios magisteriales, entre otras acciones.
“En esa idea de querer imponer orden en el sistema el ministro comete abusos y se ha enfrascado en una lucha con la dirigencia, pero no atiende los problemas de fondo, como infraestructura, falta de textos, apertura de plazas y otros”, señaló Pedro Canales, secretario de asuntos externos del Coprumh.
Clases por buen camino
Munguía analizó que “en nuestro monitoreo de estos primeros 45 días de clases se evidencia que no se han perdido clases, quizá en un centro hubo dos o tres aulas cerradas, pero no cuenta como un día total de pérdida de clases, entonces eso está en peligro”.
Ella argumenta que de continuar el estira y encoge entre los sectores se pondría en riesgo la relativa estabilidad que tiene el sistema, al menos en el impartimiento de clases.
“Estamos hablando que llevamos más de 45 días ininterrumpidos de clases”, dijo Munguía. Durante los últimos cinco años la meta de 200 días de clases anuales ha sido imposible de cumplir.
De hecho el ministro de Educación dijo que durante los últimos diez años se han perdido cerca de 600 días de clases, es decir, tres años lectivos. Munguía señaló, además, que el gobierno debe ser respetuoso de los compromisos adquiridos con los docentes en torno al pago de salarios.
El mes de febrero se comenzó a cancelar el 7 de marzo pasado, es decir, 17 días después de lo que establece el Estatuto del Docente.
