Honduras

A cinco de cada diez hondureños la Policía Nacional les transmite miedo

El informe establece que el 53 por ciento de la población que fue encuestada recientemente ya no confía en los miembros de la institución, contrario a los años anteriores, cuando sí confiaban.

07.04.2014

“Servir y proteger” es el lema que identifica a los miembros de la Policía Nacional, pero un fuerte número de hondureños aún no se lo cree.

Un informe detallado del Comisionado Nacional de los Derechos Humanos (Conadeh), después de realizar una encuesta donde se le pregunta a la población “¿Qué sentimiento le transmite la Policía?”, sin duda alguna que la respuesta es alarmante y nada favorable para los uniformados que deben dar seguridad a la población.

La respuesta del 53 por ciento de la población en los primeros cinco meses de este año fue que le transmite miedo. Contrario al año 2007, cuando un 48.5 por ciento aseguró que los miembros de la Policía Nacional le transmitían seguridad y un 36.4 por ciento dijo que también transmitían un sentido de protección. Una de las conclusiones que se dan a conocer en el informe es que la población hondureña está “al acecho de la corrupción policial”.

Cabe destacar que a finales de 2011 la Policía Nacional comenzó su transitar por la peor crisis que ha enfrentado la institución luego de que quedara al descubierto la implicación de algunos elementos en bandas del crimen organizado.

Entre los delitos a los que se les vinculan está el robo de bancos, robo de autos, secuestros, sicariato, extorsiones y narcotráfico.

La crisis comenzó luego de que se constatara que elementos policiales fueron los responsables del asesinato de dos estudiantes universitarios, uno de ellos hijo de la rectora de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Julieta Castellanos.

Adefesio

Según Ramón Custodio López, titular del Conadeh, “algunos policías se andan quejando y andan agrediendo a los miembros del Consejo Nacional de Seguridad Interior (Conasin), ya que donde nos encuentran nos preguntan que por qué nos metemos con ellos, como si la Policía fuera propiedad de ellos, es una institución del pueblo”.

Una tripleta integrada por la Comisión de Seguridad del Congreso Nacional, la Fiscalía de Derechos Humanos y algunas Organizaciones no Gubernamentales (ONG) crearon “un adefesio jurídico”, según Custodio, que le dio todo el poder a los policías.

“El desempeño es lo que caracteriza, si yo doy un buen servicio y mi desempeño genera opinión favorable, si mi desempeño es malo en el cargo, definitivamente tendrá que venir el repudio”, aseguró Custodio López.

Antes de que se registraran los cambios por segunda vez en la cúpula policial por parte del general Juan Carlos Bonilla Valladares, actual director de la Policía Nacional, la población opinaba que para mejorar el accionar en la institución se debía realizar un cambio de los jefes.

Hay que recordar que los oficiales que fueron separados por Bonilla Valladares se molestaron al grado que presentaron recursos ante la Corte Suprema de Justicia.

Ante esas desavenencias que se presentaron días después del remezón, el Comisionado de Derechos Humanos opina que para complacerlos lo que se debe hacer es “traerlos de nuevo a la cúpula policial o dejarlos donde estaban y que sigan rugiendo su enojo y su disgusto”.

Creo que tenemos un derecho, nosotros pagamos por la Policía y nosotros podemos exigir la clase de Policía que queremos, establece el informe del Conadeh.

Las máximas autoridades de la Secretaría de Seguridad, al igual que de la Policía Nacional, ponen de pretexto, para no brindar una mejor seguridad, la falta de policías y de logística.

Sin embargo, se ha dotado de nuevos recursos tecnológicos y hasta modernas cámaras de vigilancia que poco o nada han contribuido a reducir los índices de criminalidad en las principales ciudades del país.

En cuanto a la presencia de grupos delincuenciales organizados, especialmente las maras en los barrios y colonias, el Conadeh da a conocer que se han visto algunos operativos de la actual cúpula policial donde se están allanando lugares que “eran sagrados” para las maras y ya se están recuperando.

Efectivos

Ahora, uno de los mayores problemas es cómo aumentar la presencia policial permanente en esos lugares, porque apenas se va la Policía vuelven los facinerosos a esas zonas. “Tenemos que encontrar el mecanismo para revertir esas situaciones que se están presentando”, establece el organismo de derechos humanos de Honduras.

Una de las principales consideraciones es que los mareros no son el único mal ni son los causantes de todos los males de este país.

“El narcotráfico, los que lavan dólares, los que se hacen más millonarios mediante el lavado de dólares, esos son los enemigos de la sociedad”, establece el informe en poder de EL HERALDO.

La población hondureña considera que uno de los problemas fundamentales que se debe resolver de forma inmediata para mejorar la seguridad es “la corrupción policial”.

Es por eso que se espera que después del proceso de depuración que se realice en la Policía y después del funcionamiento de la oficina de la

Dirección de Investigación y Evaluación de la carrera Policial (DIECP), después de las pruebas de confianza que se están realizando, bajo protesta de las personas que dicen “me están violando mi dignidad”, se pueda mejorar la seguridad ciudadana.

“En este momento la corrupción policial está al acecho, entonces, estamos nosotros al acecho de la corrupción policial”, establece el documento.

Depuración

Tenemos todo el derecho para depurar la Policía, es nuestra institución, pagamos por ella y no debemos detenernos en ese esfuerzo.

“Pero ya ahora que hemos empezado la depuración policial, ahora salen que hay que suprimir a las Fuerzas Armadas de Honduras, es difícil. En una democracia, a la opinión pública hay que escucharla, pero no siempre atenderla, enfatizó Ramón Custodio López.

También se establece que el pueblo quiere que la Policía rote, porque el policía que va teniendo su sistema de corrupción alrededor del barrio o colonia, no lo quiere perder y lo mantiene funcionando eficientemente, como los que cobran el ‘impuesto de guerra’, por ejemplo.

La gente percibe que la depuración sí puede ayudar a combatir el delito en el país.

Tags: