Tres religiosos que emprenden obras de amor y desarrollo humano, dos médicos filántropos, un misionero estadounidense, un sastre de la fe, un DT de los niños pobres, un maestro con alma de socorrista y un extravagante pintor son, entre otros, nuestros héroes anónimos.
Cura fuera de serie
Juticalpa. La humilde indumentaria que viste y su sencilla forma de ser contrastan con el grado de trascendencia que tiene el padre Alberto Gaucci en Juticalpa, su segundo hogar.
El sacerdote originario de Malta llegó hace 30 años a la cabecera departamental de Olancho, y, desde entonces, ha impulsado un rosario de obras para renovarle el rostro a la ciudad.
De las manos limpias de Guacci surgieron el hogar de niños Santa María de los Ángeles, un centro nutricional, una panadería, el hogar de ancianos Paz y Bien, la granja penal de Olancho y el hogar Fray Guillermo Salgado para los infectados de VIH.
Actualmente, trabaja en la construcción del estadio de Juticalpa, a un costo de 40 millones de lempiras y con una capacidad de 20 mil espectadores.
Misionero solidario
Tegucigalpa. Dejó un alto cargo en una de las empresas más reconocidas a nivel mundial, Nabisco Internacional, para dedicarse a tiempo completo a la vida misionera en Honduras, y no se arrepiente.
Él es Marc Tindall, un misionero estadounidense que radica desde hace cuatro años en Santa Ana para brindar techo y comida a niños desamparados y familias en extrema pobreza.
De su corazón solidario surgió la Casa de Esperanza, donde brinda hogar a 19 niños huérfanos. Y para el año entrante planea la construcción de un hogar para niñas.
Asimismo, Tindall encabeza un grupo de voluntarios que edifican 100 casas anuales a familias de escasos recursos. Sin olvidar que proporciona alimento a unos 15 mil hogares pobres.
Ángel de Zaragoza
Tegucigalpa. Un ángel llegó desde Zaragoza, España, a la aldea Nueva Suyapa para amparar a los más desposeídos.
Se trata de sor Emilia Granel Ortiz, conocida cariñosamente como sor “Emy”, quien ejerce obras de caridad de la mano de su misión pastoral.
Bajo su solidaridad se construyeron unas 100 viviendas para las familias afectadas por el huracán Mitch. A la vez, desarrolla labores de catequesis, programas de apoyo a las madres solteras y becas de estudio.
Abuelo de abuelos
Mientras la sociedad margina a los ancianos, el doctor Francisco Amador los recoge de las esquinas, aceras y casas donde han quedado abandonados y les brinda un hogar cálido.
La tercera edad de la capital encontró en Amador su protector, y él descubrió en el rescate y cuidado de los abuelos su vocación.
El galeno es fundador y director del Centro de Día y Reposo (Ceder), un lugar donde atiende a 24 adultos mayores. Desde que fundó el centro, en el 2000, ha realizado más de tres mil atenciones a personas longevas, gracias a las aportaciones de donantes.
El DT de los niños
Tegucigalpa. Mario Ponce se propuso rescatar a unos 160 niños y jóvenes del riesgo social solamente con un balón, un improvisado campo de fútbol y palabras de aliento y conversión.
Conmocionado por las lágrimas que desprenden las madres al ver la muerte de sus hijos, a causa de una vida criminal, Ponce, presidente del patronato de la Quebrachitos, decidió involucrarse con la juventud de la zona.
Cada semana organiza jornadas de fútbol con la infancia procedente de los sectores marginales de la Quebrachitos, Mololoa y Ojo de Agua, aunque los recursos sean escasos.
Maestro y Socorrista
Tegucigalpa. El profesor Lázaro Cerrato rinde honor a su nombre, que significa “Dios” y “socorrer”.
Cada día lo dedica al servicio del prójimo.
De día es docente de Matemáticas, Química, Psicología y Educación Física en la escuela Ramón Rosa, encumbrada en una de las colonias más inseguras del Distrito Central: la Nueva Capital; pero eso no detiene su labor.
Mientras que en las noches es paramédico de una aseguradora y los fines de semana es voluntario socorrista de la Cruz Roja de Honduras.
Pintor de esperanza
Tegucigalpa. Solo necesita una colección de taparroscas, cemento y las manos de los niños para transformar una deprimente pared gris en una colorida obra de arte.
Este singular artista no es otro más que Denis Berríos, un joven egresado de la Escuela Nacional de Bellas Artes (ENBA).
Berríos, preocupado por el poco contacto que tiene la juventud con el arte y la cultura, promueve el proyecto sin fines de lucro Art3 D-Barrio.
El programa consiste en embellecer las paredes de la capital con materiales reciclables, siendo los niños colaboradores activos de las obras.
Fundador de sueños
Tegucigalpa. Nunca pensó, ni de la forma más remota, que ejercería su misión sacerdotal en Honduras.
Pero el padre Ramón Martínez, coordinador de la pastoral de Salud de la Arquidiócesis, siempre se encomendó a la voluntad de Dios.
Radica en tierra catracha desde hace 20 años y en el 2006 fundó Casa Belén, un refugio para los desvalidos.
En el centro se atienden a las personas que cayeron en las garras de las drogas, la enfermedad y la prostitución.
La alimentación y sanidad de los huéspedes está garantizada. Por igual, se ofrecen talleres de alfabetización, capacitación y rehabilitación.
Doctora del pueblo
Tegucigalpa. Como un David contra Goliat se enfrenta la doctora Lía Bueso al cáncer de mamá. Pero la gran brecha que existe entre las mujeres pobres para que puedan detectar la enfermedad terminal, impulsa a la galena a nunca temer al gran reto.
En el 2007 creó la Fundación Hondureña contra el Cáncer de Mama (Funhocam), a través de la cual se realizan 30 evaluaciones gratuitas al día y se donan mamografías a las féminas.