Tegucigalpa, Honduras.- Entre voces que narran historias antes de dormir, manos que preparan la comida “como antes” y ojos que ven con un amor que no conoce prisa, los abuelos son esos guardianes de recuerdos y artesanos de valores que tejen vínculos silenciosos pero irrompibles en la vida de sus nietos.
En este Mes de la Familia, su figura merece un reconocimiento especial. Más que cuidadores ocasionales, los abuelos son puentes entre generaciones: transmiten tradiciones, refuerzan el sentido de pertenencia y ofrecen un tipo de cariño único. Para muchos niños, son el lugar seguro al que siempre pueden volver.
En la infancia, su presencia ofrece un tipo de afecto que combina experiencia, paciencia y comprensión. Los pequeños encuentran en ellos un lugar donde el tiempo parece ir más despacio y donde cada gesto está lleno de significado.
Además, su rol puede ser esencial en la crianza, ya sea apoyando a padres que trabajan, cuidando a los nietos en momentos clave o siendo consejeros en las etapas de crecimiento.
Especialistas en desarrollo infantil destacan que el contacto frecuente con los abuelos favorece la autoestima de los niños, fortalece su sentido de pertenencia y enriquece su aprendizaje social. Escuchar relatos sobre la familia, conocer anécdotas del pasado o aprender habilidades prácticas son experiencias que dejan huellas duraderas.
En agosto y durante todos los meses del año vale la pena dedicar tiempo a agradecer a esos pilares silenciosos que tantas veces han estado presentes. Fomentar el vínculo intergeneracional no solo honra a nuestros mayores, sino que asegura que las nuevas generaciones crezcan con raíces sólidas y recuerdos anclados en amor.
Por el lazo entre abuelos y nietos:
Como en cada vínculo interpersonal, hay maneras de fomentar una dinámica más sana y funcional. Abuelos y nietos suelen disfrutar de:
Tiempo de calidad. Aunque no sea todos los días, intente que cada encuentro entre sus hijos y los abuelos de ellos sea especial y sin distracciones.
Aprender juntos. Los abuelos pueden enseñar juegos, recetas o manualidades; los nietos pueden compartir música, aplicaciones o tendencias actuales.
Respetar los tiempos. Tenga presente adaptar las actividades a la energía y salud de cada abuelo, evitando que se sientan forzados o presionados para ser incluidos.
Guardar recuerdos. Tomar fotos, grabar anécdotas o entablar videollamadas con familiares que residan lejos ayuda a los abuelos a sentir que el vínculo familiar está unido.
Crear rituales únicos. Algo tan simple como un saludo especial o una receta “secreta” que solo compartan ellos con sus nietos son espacios que deben incentivarse y respetarse.