Tegucigalpa, Honduras.- La maternidad, esta etapa de vida frecuentemente exaltada como sinónimo de amor incondicional y entrega absoluta, se ha cimentado sobre un ideal histórico de abnegación que, lejos de engrandecer, muchas veces pulveriza la identidad de las mujeres.
No se trata solo de cuestionar el valor de cuidar o amar, sino de mirar críticamente el mandato cultural que exige a las madres postergarse, diluirse o incluso desaparecer simbólicamente en nombre de sus hijos.“
Aún en estos tiempos, la sociedad sigue premiando a esas madres que metafóricamente se borran por completo”, aseveró la psicoterapeuta Helen Maradiaga.
Este ideal —que se infiltra en la crianza, en los vínculos familiares y hasta en los relatos mediáticos— lleva a muchas mujeres a un estado crónico de autoanulación.
En otras palabras, la madre deja de escucharse, relega sus proyectos personales, calla malestares físicos y emocionales, y vive en función exclusiva del bienestar ajeno, generalmente de sus hijos y pareja.
La psicología reconoce este fenómeno como una forma de alienación afectiva.
Es decir, una desconexión progresiva con el propio mundo interno. “A veces, en consulta, muchas pacientes confiesan que sienten culpa por querer cinco minutos para sí mismas. Como si desear un respiro significara traicionar a sus hijos”, relató la entrevistada.
El mandato de abnegación se presenta disfrazado de virtud, pero encierra una especie de “lógica patriarcal de sacrificio femenino”, enfatizó Maradiaga.
Los riesgos que conllevaEste tipo de maternidad basado en la renuncia constante tiene efectos críticos en la salud mental. La ansiedad, la depresión y el síndrome de burnout materno se han vuelto comunes, aunque pocas veces se nombran con propiedad.
A su vez, la culpa —omnipresente— actúa cual mecanismo de control emocional: “la mujer debe agradecer su maternidad, no importa cuánto le duela”.
Es por eso que repensar la maternidad no implica despojarla de afecto, al contrario, es liberarla del deber de inmolación. “Porque cuidar también necesita de límites, pausas y silencios”, concluyó.
Medidas conciliadoras
Técnicas como establecer rutinas de autocuidado, aprender a decir “no” sin remordimiento, empezar a escribir en un diario emocional y agendar salidas sola o con amigos son algunas técnicas que la experta recomienda para contrarrestar la autoanulación.