Tegucigalpa

Viejas unidades de taxi, un dolor de cabeza diario para los capitalinos

El IHTT puede otorgar certificados de operación por única vez a unidades que habían sido autorizadascon anterioridad, independientemente de la antigüedad de la misma, siempre y cuando estén en óptimas condiciones
30.05.2022

TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Heidy Velásquez y José Díaz, de 28 y 69 años, respectivamente, no tienen relación ni parentesco alguno, pero, sin saberlo, ambos representan dos escenarios que se conjugan en la vida cotidiana.

Por un lado, la fineza, el buen vestir, la responsabilidad y puntualidad de Heidy, quien cada día a las 5:00 AM se prepara con esmero para llegar a su lugar de trabajo en el centro de la capital.

Casi de forma simultánea, a don José, cuyos párpados caídos reflejan el cansancio en su máximo esplendor, lo último que le preocupa es cómo se presentará visual y anímicamente a su trabajo.

Heidy es oficinista y aunque es una profesional universitaria su salario no le alcanza para tener un vehículo propio, por lo que se ve obligada a abordar unidades de taxi sucias, malolientes y en pésimo estado.

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“Me subo limpia, pero cuando llego a mi destino ya voy sucia, sin mencionar el mal olor, hasta a gasolina huelen, y no sirven ni las manecillas”. Y don José, un longevo conductor de taxi cuya necesidad lo orilla a conducir un viejo Corolla 81 que le genera más gastos que ingresos por los incontables “remiendos” que le ha realizado.

“Es lo que tengo y con lo caras que están la gasolina y la canasta básica no me sobra para nada más”.

La joven representa a la población capitalina que a diario se queja de las pésimas condiciones en que están algunas unidades del transporte público, específicamente los taxis.

Mientras que don José, aunque sabe que las denuncias están bien fundamentadas, representa al rubro que ha sido víctima de extorsión y una pandemia que los llevó a una calamidad doméstica sin oportunidad de levantarse económicamente.

Ambas historias tienen su grado de sensibilidad, pero cuando de la seguridad y bienestar de la población se trata, la balanza se inclina en pro de los usuarios.

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La realidad

Según datos del Instituto Hondureño de Transporte Terrestre (IHTT), en la capital circulan legalmente 7,192 unidades de taxi y, conforme con lo establecido en el artículo 23 de la Ley de Transporte Terrestre de Honduras, se prohíbe otorgar certificados de operación a unidades cuya antigüedad sea mayor de quince años y hasta cinco (5) más con repotenciación, dando un máximo de veinte (20) años.

Es decir que actualmente los conductores con unidades cuyo año de modelo sea menor al 2002 no podrán solicitar un permiso de operación para prestar el servicio de taxi.Sobre ello, Rafael Barahona, titular del IHTT, explicó a EL HERALDO que inspectores de esa institución realizan operativos con el objetivo de garantizar al usuario las mayores y mejores condiciones de calidad, seguridad, comodidad, eficiencia, economía y representatividad.

“En caso de encontrar unidades que no cumplan con estos requisitos, los pilotos pueden ser sancionados de conformidad con lo establecido en la Ley de Transporte Terrestre de Honduras”, agregó.Pese a ello, capitalinos como Alberto Flores exigen una mejor experiencia de viaje en las citadas unidades.

“Pagamos veinte lempiras por transporte colectivo y si es directo los taxistas se aprovechan, pero no se esmeran por reparar los carros”, reclamó.En respuesta a ello, Jorge Valle, conductor de taxi, reconoció las falencias al decir que “un pasajero necesita andar cómodo y nosotros debemos dar esa seguridad”.

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